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En un acto retrasado y con poca cantidad de personas, realizado en el predio en que estuvo el puesto de comando de Cartes durante su campaña electoral presidencial, el oficialismo festejó su triunfo. Ya a las 22:00, Cartes llegó al lugar acompañado de sus hijas Sofía y Sol, del vicepresidente Afara, Alliana, Lilian Samaniego y Darío Filártiga. Lo estaba esperando el intendente Arnaldo Samaniego, quien había llegado pocos minutos antes con unas 70 personas.
Cartes, que habló después de Alliana, se mostró duro en su discurso que ni bien al comenzarlo recomendó a los disidentes que se abracen con los principios colorados y con la gente necesitada y no precisamente con él. “No tienen que abrazarse con el Presidente”, “no le abracen al Presidente, pero sí abracemos lo que quiere el pueblo”, expresó el Mandatario.
El titular del Ejecutivo señaló que siguen los discursos oportunistas, en aparente alusión al senador Juan Carlos Galaverna, que aseguran que él gastó unos 18 millones de dólares en la campaña electoral del oficialismo. “En primer lugar hay que dejar saber que esta es la primera vez que no se hace una campaña (electoral) con el dinero del Estado, se hizo con el dinero del presidente de la República”, manifestó. Calificó de gente loca a la que habla de esa millonaria cifra supuestamente tirada en proselitismo.
El Jefe de Estado también afirmó que no tiene nada que negociar con los disidentes. “Negocien con la gente los que quieren negociar. Conmigo no hay nada que negociar, no tengo nada que negociar”, insistió. Ante una supuesta postura de los disidentes que creen que podrán ahora negociar mejor, Cartes se preguntó si acaso no es nada ganar por 120.000 votos, que sería la diferencia sacada por Alliana sobre el senador Mario Abdo Benítez, el candidato disidente.
Cartes anunció que harán un acto de festejo en que demostrarán a los disidentes cómo juntar gente. Al mismo tiempo que el Presidente atacaba a sus adversarios internos colorados, sostenía que a partir de ahora todos son lista 1 y que la unidad será la base para ganar en las municipales.
ANR, de nuevo polarizada
Las internas del Partido Colorado, ayer, muestran a una agrupación oficialista dividida en dos grandes fuerzas electorales. Por un lado, una disidencia (maristas) que cree haber conseguido un resultado que le servirá de base para futuras negociaciones, y por el otro, el cartismo, que, de buenas a primeras, se presenta soberbio y poco dispuesto a negociar.
Los cartistas hablan de una victoria “aplastante y contundente”, aunque han de ser conscientes de que su triunfo no fue decisivo, fulminante, como habían anunciado y deseado. Por su parte, los disidentes destacan su “triunfo moral” frente a la estructura política superior desplegada desde el oficialismo.
Los maristas abrigan la esperanza de que con el caudal electoral demostrado en las urnas sentarán la base de una oposición creciente al cartismo dentro de la ANR. Los cartistas, en cambio, anuncian que irán minando a los disidentes con la paulatina captura de exponentes maristas, como serían algunos integrantes del G-15, la bancada disidente colorada en la Cámara de Senadores.
El internismo colorado está escribiendo de nuevo una historia de polarización en el partido de gobierno. El desafío de los grupos colorados es reeditar su conocido pragmatismo a la hora de procesos electorales para unir fuerzas, pese a las diferencias, y enfrentar con éxito los próximos comicios municipales.
Esperan que el G-15 no se desintegre
El senador colorado disidente, Enrique Bacchetta, dijo anoche que espera que el grupo de 15 senadores colorados no oficialistas (G-15) no se desintegre, tras la derrota en las elecciones realizadas ayer.
Preguntado por qué solo tres (incluido Mario Abdo Benítez) de los 15 senadores de la ANR acompañaron a Marito, contestó que cada uno de ellos está trabajando en sus respectivas bases.
Los senadores que estuvieron al lado de Marito son: Bacchetta y Arnoldo Wiens.
Apoyará a candidatos
Marito indicó que su movimiento Colorado Añeteté “sale absolutamente fortalecido”. Agregó que trabajarán por la unidad de la ANR pero manteniendo la identidad. “No hemos pagado los más de 400.000 votos y el día que nosotros claudiquemos, esa gente se va a otro lado. El Partido Colorado necesita que se mantenga el itinerario de coherencia y no vamos a negociar nuestros principios”, concluyó.