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Todo un modelo bien montado para evadir el pago de impuestos es el que se estableció con la importación de vehículos usados.
Importadores paraguayos declaran pagar sumas que parecen chistes a la hora de ingresar los rodados, para conseguir así pagar impuestos irrisorios. Ya dentro del mercado local, los precios de esos rodados alcanzan casi 40 veces el valor declarado.
Además, las facturas presentadas ante las autoridades paraguayas presentan serias incongruencias.
Camiones de 1.000 euros
En abril de 2017, Derlis Francisco Gill Acosta, propitario de la firma Carros Vía Chile, importó un camión Scania 124-400, conocido como “trompudo”, modelo 1996 a Paraguay.
Según documentos a los que tuvo acceso ABC Color, el vendedor y encargado del transporte del rodado fue la firma A Generica Drive SL, firma española.
Pero lo llamativo aparece en el monto pagado por el camión: 1.000 euros.
Ese fue el valor declarado ante la Dirección Nacional de Aduanas por Gill Acosta. Si se tiene en cuenta que el impuesto aduanero es del 33% (10% de IVA más 23% de Impuesto Selectivo), por este rodado se pagaron unos 330 euros de impuestos.
Casi un año más tarde, en marzo de 2018, Gill Acosta volvió a importar un Scania Trompudo 124-400. En esa oportunidad, se trató de un modelo 1998, enviado por la firma Hamar Truck & Camiones. En la factura, hicieron figurar que el rodado costaba 2.000 euros. Es decir, se pagaron unos 700 euros en impuestos cuando llegó al país.
La multiplicación del valor
A pesar de los llamativos precios bajos con los que se adquirieron los rodados, una vez dentro del mercado local sus valores se multiplican varias veces.
Revisando las publicaciones de la empresa vinculada a Gill Acosta se puede notar cómo los precios de esos camiones crecen mágicamente para el comprador final.
Por ejemplo, un Scania 124-400 modelo 2.000 es ofrecido por su playa a un valor de G. 236 millones, unos 32.000 euros al cambio actual. Esto es más de 30 veces que los valores que declara a la hora de importar los vehículos.
De esta manera, el rodado por el que Gill Acosta pagó impuestos irrisorios a la hora de su importación le terminan generando millonarias ganancias.
Todo ante la cómplice vista gorda de Aduanas y la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET). Estos organismos no cuentan siquiera con un sistema unificado que les permita revisar el valor declarado de una mercancía a la hora de su importación y el precio por el cual es ofertado en el mercado local.
Entre los que más importa
Derlis Francisco Gill Acosta figura entre los mayores importadores de camiones usados en Paraguay, según datos del Sistema Sofía de la Dirección Nacional de Aduanas.
En 2018, Gill Acosta importó un total de 168 camiones usados de la marca Scania, ubicándose en el segundo lugar de los mayores importadores.
Si la práctica de declarar valores bajos se repitió con todos esos vehículos, el Estado dejó de percibir varios millones de guaraníes en los impuestos correspondientes.
Incongruencias en facturas
Otro dato no menos importante son las llamativas incongruencias en las facturas emitidas por los vendedores de los rodados.
A Genérica Drive SL dice ser una firma que opera en Madrid. Pero en la factura presentada por Gill Acosta figura la dirección 20 LINE WALL ROAD, que corresponde a Gibraltar, territorio británico de ultramar.
Intentamos acceder a la versión de Gill Acosta, pero no obtuvimos respuesta alguna a nuestras llamadas.
Con varios antecedentes
Informes comerciales revelan que Derlis Gill Acosta tiene un juicio en contra entablado por la Dirección Nacional de Aduanas por valor de G. 70 millones. Además, publicaciones periodísticas ya lo habían vinculado con otro esquema para evadir impuestos a la hora de importar rodados. Se detectó que declaraba el ingreso de autos lujosos por partes para disminuir las tasas.
juan.lezcano@abc.com.py