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El cobarde homicidio se produjo el jueves 16 de octubre de 2014, a las 14:32, en un camino rural de la colonia Itanarãmi, a 10 kilómetros del centro urbano del distrito de Villa Ygatimí, departamento de Canindeyú, a 315 kilómetros del microcentro de Asunción.
El primer “error” de Pablo fue haber publicado en la edición de ABC Color del 25 de octubre de 2010 una noticia sobre la captura en Paranhos, Brasil, de Wilson Acosta Marques, quien sería uno de los asesinos que acabaría con su vida cuatro años más tarde.
En la nota, se detallaba que el protagonista de la información, Wilson, era hermano del entonces candidato a la intendencia de Ypejhú por el Partido Colorado, Vilmar Acosta Marques, alias “Neneco”, actualmente preso en Brasil y en espera de su extradición a Paraguay justamente en carácter de autor intelectual del crimen de nuestro compañero.
Wilson había sido detenido en aquella ocasión, y por última vez hasta ahora, en conexión con el asesinato de otros tres supuestos narcotraficantes, ligados a la red que a su vez había materializado solo 12 días antes la ejecución de sus hermanos Víctor y Elio Acosta Marques, en un atentado a balazos del cual Vilmar logró sobrevivir.
Restos óseos
Sin embargo, Pablo quedó verdaderamente “marcado” por el clan Acosta Marques al iniciar el 18 de febrero de 2011 una serie de publicaciones sobre la detención de Vidal Acosta González y de su hijo Vilmar Acosta Marques, después de que una comitiva fiscal-policial hallara en la estancia de la familia, denominada “Dos Naciones”, supuestos restos óseos de personas ejecutadas y enterradas por la banda criminal que dirigían.
La identidad de las supuestas víctimas enterradas nunca se pudo confirmar, ya que los familiares de dos desaparecidos tampoco brindaron un testimonio contundente, por lo que el fiscal Néstor Cañete no tuvo otra opción jurídica más que sobreseer posteriormente a padre e hijo, aunque el odio del clan Acosta Marques contra el periodista ya estaba instalado.
La nota que enfureció a “Neneco”
Desde entonces, comenzaron los hostigamientos y las amenazas, aunque paralelamente Pablo igual seguía investigando las actividades ilícitas de la familia Acosta Marques, señalada como la principal organización de tráfico de drogas en la frontera seca.
La “gota que colmó el vaso” fue otro despacho de Pablo Medina del 9 de noviembre de 2013, pero en la página web de ABC Color, que llevaba como título “Habrían usado vehículo municipal para llevar droga”.
El texto revelaba un supuesto esquema de transporte de marihuana con una camioneta de la institución municipal y hasta citaba a un cuñado de “Neneco” como involucrado directo.
Esta situación derivó después en una querella formal, paralela a las amenazas de muerte, que interpuso contra nuestro corresponsal el ya por entonces intendente de Ypejhú, Vilmar Acosta Marques, por difamación, calumnia e injuria.
¿Sabía lo que le esperaba?
Como pocas veces, el miedo se apoderó de Pablo, pero más bien por la seguridad de su familia, a la que tuvo que sacar de Curuguaty por varios meses, mientras redactaba un detallado relatorio, justo un año antes de su muerte.
Como vaticinando su destino trágico, describió al clan Acosta Marques, a sus padrinos políticos y hasta a los matones que trabajaban para ellos.
Aunque tal vez sin saber específicamente cuándo, por lo visto Pablo en ese entonces se preparaba ante la posibilidad de un trágico final.
Pablo con ese relatorio ayudó a aclarar su propia muerte.
Conclusión de fiscalía
Para el Ministerio Público fueron las publicaciones de Pablo Medina en ABC que evidenciaban la relación de Vilmar Acosta Medina con la narcopolítica, los motivos por los cuales se ordenó su muerte.
“Se puede evidenciar la discrepancia existente entre la víctima Pablo Medina y el intendente de Ypejhú, Vilmar Acosta Marques, por las constantes publicaciones en las que el periodista sindicaba al intendente como supuesto nexo con el tráfico de drogas y la comisión de algunos hechos de homicidio en la zona de Villa Ygatimí y Ypejhú. A raíz de las publicaciones, Medina venía recibiendo amenazas de muerte de parte de Vilmar”, dice la parte de la imputación de la fiscalía en la que se explica el motivo por el cual Neneco mandó matar al corresponsal de ABC en Curuguaty.
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