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Y ESTALLÓ LA BOMBA
El miércoles 12 de agosto del 98 estalló la bomba aún antes de que asumiera Raúl Cubas Grau la presidencia. Mirta Gusinky y su hermano Luis Cubas Grau denunciaron en un programa de radio que los teléfonos del entonces futuro presidente Raúl Cubas Grau, e inclusive los de su casa y su familia, estaban pinchados.
Ese día, Mirta Gusinky fue más lejos inclusive de acuerdo a los reportes periodísticos: Dio el nombre de Ramón Centurión, funcionario de la ex Antelco y ferviente partidario de Unace como uno de los responsables de los fonopinchazos. El era candidato a presidir Antelco.
Llamativamente, Raúl Cubas Grau dijo que no le constaba el hecho pese a la grave denuncia de su entonces esposa y hermano. Poco después se supo que descubrieron los fonopinchazos fortuitamente luego de una tormenta en que se quedaron sin luz y convocaron a técnicos para conectar teléfonos y la energía eléctrica.
Posteriormente se hizo público que tanto la oficina como la mansión de los Cubas Grau eran sometidas a espionaje telefónico. En esa oportunidad Wasmosy denunció que era Lino Oviedo quien espiaba los teléfonos: Todos saben ya quién es el que hace eso. Oviedo tiene eso y recordó que en una oportunidad su ex comandante del Ejército le pidió que se solicitara a Andrés Rodríguez un aparato de escucha que estaba guardado en el sótano de la residencia del ex mandatario en Las Carmelitas.
Posteriormente también Oviedo apuntó a Wasmosy como poseedor de una tecnología de procedencia israelí destinada a escuchas telefónicas. Un funcionario del Ministerio Público relató a nuestro diario que el ex presidente le confió alguna vez la información de que poseía esa tecnología, pero que era de la época de celulares analógicos por lo cual ya estaría en parte obsoleta.