Alta impunidad en casos de robos de armas en las FF.AA.

Al robo de armas de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) acompaña la impunidad. En la mayoría de los casos de hurtos registrados en el Ejército, los militares procesados quedaron sobreseídos y otros con sanciones disciplinarias de tres meses, según un informe de la Justicia Militar sobre los 23 fusiles sustraídos del Ejército en los últimos años. Solo hubo dos casos de fuertes sanciones.

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El informe de la Justicia Militar sobre los 21 fusiles M-16 y dos FAL Breno robados y no recuperados del Ejército, remitido recientemente a una “comisión verificadora de armamentos, municiones y explosivos del Ejército”, da cuentas de que la mayoría de los sospechosos militares quedaron libres, después de alguna benigna pena o embargo. En otros casos ni siquiera hubo procesados.

Algunos quedaron absuelto de culpa y pena luego de sanciones disciplinarias o resarcimientos económicos bajos. En el caso del hurto del fusil M-16 Nº 263884, no recuperado, ocurrido en la 4ª División de Infantería, el suboficial Óscar Ramón Viveros López consiguió que fuera “sobreseído libre y totalmente” e inclusive, en el 2009, recuperó la suma de 1.000 dólares americanos que había depositado a las resultas del proceso.

El robo de armas de guerra es un problema que preocupa en el ámbito militar y civil porque puede estar potenciando el arsenal de grupos criminales en nuestro país y en el extranjero. De hecho se han hallado fusiles de las Fuerzas Armadas, como el caso de los G-3 decomisados en 1997 en Matto Grosso, Brasil, de un avión caído. La prensa brasileña también ya ha informado en algunas ocasiones del hallazgo de armas del Ejército paraguayo en manos de bandas de narcotraficantes brasileños.

Se sospecha que el grupo de extrema izquierda, autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), también se haya surtido de poderosos fusiles sustraídos de las FF.AA.

Otra forma en que la institución castrense ha perdido armas es en el servicio de seguridad que realiza a locales del Banco Nacional de Fomento (BNF), en varias oportunidades atacados por delincuentes.

Al hurto de fusiles, se deben agregar los numerosos hechos de desaparición de municiones ocurridos en diversas unidades de las FF.AA. En los últimos años se denunciaron casos de desaparición de miles de municiones en la Disermov y en la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP).

Un hecho relacionado, del que se supo recientemente, es la comercialización de cartuchos calibre 556 que fueron importados para la dotación de seguridad de la Corte Suprema de Justicia. El tema está siendo investigado a nivel judicial.

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