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El presidente del Tribunal de Sentencia, Carlos Hermosilla, dijo que tras 19 años de proceso no hay prueba científica de la tortura denunciada por los comisarios Jorge López y Alfredo Cáceres, ocurrida en la sede de la Comisaría 11ª y en la Marina los días 19 y 21 de mayo, respectivamente, según la acusación fiscal.
El juez refirió que cinco médicos que revisaron a los denunciantes certificaron ante el tribunal que los mismos estaban en perfectas condiciones físicas cuando fueron revisados, tras conocerse las graves denuncias.
Hermosilla dijo que a él, como a su colega Víctor Medina, les llamó la atención el porqué a suboficiales (que fueron detenidos y declararon que fueron golpeados), les interrogaron sobre un supuesto golpe de Estado, y no se hizo lo mismo con altos jefes policiales que también estaban detenidos.
Asimismo, tomaron en cuenta que los mismos marinos, encabezados en ese momento por el entonces almirante Miguel Ángel Candia, declararon que no hubo ningún hecho irregular en la sede de la Armada.
El tribunal deliberó ayer durante nueve horas y cerca de las 21:00 dio a conocer el veredicto.
El juez Hermosilla enfatizó que junto Medina concluyó que correspondía la absolución por “duda en la existencia del hecho”.
En tanto, la magistrada Rossana Maldonado afirmó que está probada la culpabilidad de tortura por parte de dos de los tres procesados. Las reacciones fueron varias tras la lectura del fallo.
El agente fiscal Santiago González Bibolini anunció que apelará la resolución, pero que primero esperará recibir por escrito la sentencia, lo cual está previsto para el 7 de enero, según anunció el magistrado Hermosilla.
González destacó que una jueza haya votado por la postura de la Fiscalía.
El abogado Rolando Alum, representante legal del querellante Alfredo Cáceres, felicitó a la jueza Maldonado pero se lanzó contra los otros integrantes del Tribunal. “Lamentable. La venalidad sigue en vigencia en nuestro país”, se quejó.
Mientras que del otro lado, Bower se mostró exultante, a pesar de querer mostrarse sereno y sin rencor para nadie pero no perdió oportunidad para lanzarse contra la prensa, aunque no quiso entrar en detalles.
“Hoy como cristiano perdono a todos los que nos han acusado... No somos perfectos, algunos nos equivocamos, pero algunos se equivocaron muy mal”, dijo. Añadió: “Está alivianada mi vida. Gracias a Dios y a gente que supo ser juez”.
Luego disparó: “Hay jueces y jueces. Hay valientes y cobardes. Hay fiscales como Fabián Centurión que me acusó”.
Recordó al comisario Juan Basilio Pavón, exjefe de la Comisaría 11ª metropolitana, también acusado, que murió durante el proceso.
El comisario (r) Merardo Palacios expresó que su trabajo como policía demuestra lo que es, y aludió a que sacó de circulación a narcotraficantes y detuvo a los cabecillas del EPP Alcides Oviedo Brítez, Carmen Villalba y Aldo Meza. “No cualquiera lo hace sino un policía con vocación de servicio y no como estas patrañas”, en alusión a Alfredo Cáceres y Jorge López.
El tercer procesado en este juicio, el comisario Osvaldo Vera, manifestó que se siente perjudicado porque el Senado rechazó su ascenso al grado de comisario principal por la acusación que le pesaba. “(Siento) por un lado felicidad y por otro lado pena, porque tanto tiempo fui vilipendiado, al igual que mi familia. Me condenaron sin un juicio previo. Yo soy inocente y siempre lo sostuve”, indicó.
El caso se inició en mayo de 2000 cuando la Fiscalía se hizo eco de denuncias de torturas en la sede de la Policía y de la Marina. Los hechos según la acusación fiscal ocurrieron entre el 19 y 21 de mayo, tras la acusación por parte del gobierno de Luis González Macchi de una supuesta intentona golpista. En aquel entonces, Bower era ministro del Interior. Palacios y Vera estaban en la Comisaría 11ª.
Votó por la culpabilidad
La jueza Rossana Maldonado fue la única integrante del tribunal que votó por declarar culpables de las torturas a los acusados en la causa.
Para la magistrada quedó demostrado, durante el juicio oral, que el exministro del Interior Walter Bower junto a Osvaldo Vera y Merardo Palacios fueron los responsables de los apremios físicos que sufrieron Jorge Luis López, en sede de la Comisaría 11 Metropolitana, y Alfredo Cáceres en el Comando de Infantería de la Marina el 19 y el 21 de mayo, respectivamente.