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María Edith Bordón se expresó en el mismo tenor de su marido y agregó que todas las hermanas Arrom son cómplices.
Marina y Cristina Arrom, quienes fueron abucheadas por el grupo de Pueblo Estafado en Acción, a su ingreso a la sala de juicio oral no quisieron conversar con la prensa.
Pero tras la insistencia de los periodistas, Cristina denunció que son víctimas de amenazas, al igual que sus hijos, y que oportunamente van a dar a conocer un comunicado. Criticó a Debernardi porque intimida a la justicia, según señaló.
Las hermanas Arrom se abstuvieron de declarar.
Antonio Debernardi también se quejó por el lento desarrollo del juicio y se ratificó en calificar a los defensores de Arrom y Martí como abogados de los secuestradores. Eso es lo que son y van a ser por mucho tiempo. Nosotros vamos a denunciarlos ante la sociedad, enfatizó.
Durante el juicio se leyeron 68 de las casi 100 pruebas instrumentales presentadas por la fiscalía. Entre las evidencias se encontraban las cartas remitidas por los secuestradores a Debernardi.
En una de ellas los secuestradores advertían a Debernardi que en su entorno no había gente de confianza.
Esto fue relacionado por los fiscales con la presencia de Marina Arrom en el sector administrativo de la empresa de Debernardi, como también en su casa, durante los 64 días de cautiverio de Nika para apoyar a la familia.
Sin embargo, la advertencia de los secuestradores también se puede interpretar como un enojo de los mismos por la participación de los policías en la pesquisa.
Los secuestradores insistieron en la carta en que José Tomás Rosa, su esposa Nidia Espínola y De Los Santos Saldívar nada tenían que ver con el caso.
Otro detalle llamativo de las cartas es que se deduce que el monto del rescate se rebajó de US$ 12.000.000 a US$ 2.250.000.
Sin embargo, Debernardi se ratificó durante el juicio que pagó US$ 1.000.000, de los cuales US$ 400.000 dio en una primera entrega y el resto en la segunda. Señaló que la última negociación la hizo vía telefónica y que realizó dos pagos para evitar ser engañado por los secuestradores.