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Barakat reveló a los periodistas que sus captores se mostraron muy solidarios con él y le dieron 100.000 guaraníes en efectivo para su pasaje, cuando le abandonaron en la rotonda del kilómetro 4, donde existe una caseta policial. De ahí tomó un taxi para trasladarse a su apartamento ubicado en el octavo piso del edificio Golden Tower, ubicado sobre la avenida Carlos Antonio López de esta capital departamental. Resulta llamativo para los propios investigadores que ninguna persona viera al libanés cuando fue bajado del vehículo de sus secuestradores.
En una rueda de prensa brindada en su apartamento y a la que no fueron bienvenidos los periodistas de este diario, Barakat dijo que en la noche del 6 de marzo fue secuestrado por la gavilla en Brasil. Dos camionetas interceptaron por delante y por atrás su vehículo Kia, del tipo Sportage, con chapa DAA 185, en que se encontraba. Varios desconocidos con pistolas en manos que se identificaron primeramente como policías, lo trasladaron a otro vehículo. Recién horas después le manifestaron que se trataba de un secuestro y que querían 3 millones de dólares por su liberación. Todo el tiempo fue mantenido con los ojos vendados con cinta adhesiva.
Mencionó que uno de los marginales, esa misma noche, se puso la remera que él tenía puest a, para despistar a los policías e introducir la camioneta Kia al Paraguay y abandonarla a la altura del kilómetro 4. En otro momento adujo que permaneció diez días en territorio brasileño, y luego cruzó al Paraguay por el Puente de la Amistad, en la valijera de un automóvil, sin que los organismos de seguridad de los dos países se percataran. Señaló que fue golpeado y que le amenazaron con cortarle los dedos y las orejas. Le amenazaron con secuestrar al hijo de su socio comercial, Alí Zaioun. Añadió que le hacían escuchar las 24 horas música paraguaya y cachaca en radioemisoras de Ciudad del Este.