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De acuerdo a los resultados, no había gente disponible para cubrir ni siquiera la mitad de los puestos ofertados, por lo que se optó por la fatídica fórmula de la mediocridad: se bajó el puntaje mínimo necesario para ser admitido. Lamento no poder dar cifras exactas, pero no tengo archivos a mano. Lo que quiero decir es que se optó no por los mejores, sino por los menos peores.
El tema tendría que ser puesto de nuevo sobre el tapete en este momento en que los estudiantes están decididos a exigir que las condiciones de la enseñanza mejoren, definitivamente. La ecuación es simple: mejores profesores es igual a mejores alumnos. Mejor enseñanza es igual a mayor rendimiento. No es necesario ser muy despierto para entenderlo.
En España tendremos elecciones generales el próximo 20 de diciembre. Los partidos en pugna han comenzado ya a sacar a relucir sus propuestas de gobierno. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de llegar a la Moncloa (palacio de gobierno) propone, entre muchas otras cosas, un plan de evaluación de los profesores que aquí también están en el punto de mira. Y no es para menos: según estadísticas oficiales, actualmente hay 477.000 profesores de educación no universitaria en los colegios públicos y 193.000 en los privados.
En este país, al contrario de lo que sucede en el nuestro, la educación pública está mucho mejor considerada que la privada. Se espera en este momento, y con mucha curiosidad, la publicación de la propuesta del PSOE que se llamará “Hacia un nuevo modelo de profesionalidad docente para el siglo XXI”. La expectativa es mayor si se recuerda que el actual gobierno, en manos del Partido Popular (PP), a través de su ministro de Educación José Ignacio Wert, procedió a un minucioso desmontaje del sistema educativo que hasta entonces se venía siguiendo, presionado sobre todo por grupos ultraconservadores y la cúpula de la Iglesia, directamente o a través de sus grupos también ultraconservadores. El descontento fue tan grande, que Rajoy se vio obligado a deshacerse de él nombrándolo embajador jefe de la Delegación Permanente de España ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en París.
La propuesta del PSOE contempla subir la nota de acceso para estudiar Magisterio con lo que la selección será más rigurosa, y reforzar la formación del profesorado. Los sindicatos se han puesto en guardia temiendo que la evaluación de los profesores signifique también algún tipo de castigo. No será así ya que en lugar de castigo se pondrán incentivos y se propone crear distintos niveles, no de buenos y malos profesores, sino de novel a experto. La evaluación de los profesores sería voluntaria.
Se propone además un triple filtro para ingresar a la carrera de Magisterio: 1) Un buen expediente académico. 2) Una prueba de “madurez cultural” y 3) Una entrevista personal para evaluar las aptitudes pedagógicas de los aspirantes a maestros.
Todo esto costará mucho dinero pero los impulsores del plan aseguran que ya lo encontrarán. Pienso en todo esto considerando la cantidad de dinero que hay en nuestro país que se ha distribuido a través de Fonacide y en lugar de emplearlo en planes serios para mejorar la educación, no sólo en lo que se refiere a mejorar los edificios de los colegios, sino en la formación de los maestros y de los estudiantes, se lo han robado todo, descaradamente.
jesus.ruiznestosa@gmail.com