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No es de extrañarse. Es la habitual conducta pusilánime, de antes y de ahora, de los representantes paraguayos en los órganos de administración de la empresa binacional.
Cobardes consuetudinarios, recogidos en sus escritorios, con su silencio cómplice se limitan a convalidar la decisión de los que se creen dueños de Itaipú.
La irreverencia de estos vendepatrias, manifestada sin rubor en la audiencia pública “Itaipú, hagamos patria”, en la Universidad Nacional del Este, es la muestra que los intereses nacionales siguen indefensos en Itaipú.
En el debate, sobre el elevado costo que se paga por la energía comprada de Itaipú, el odioso tarifazo no sería posible adquiriendo la mitad de la energía adicional a la garantizada correspondiente a la ANDE. Por falta de gestión y la complicidad de nuestros funcionarios, este derecho es negado al país.
No obstante, para los defensores de la inequidad, la afirmación era técnicamente cuestionable.
Al respecto, es bueno destacar que desde 1995, sin solución de continuidad, la producción de la usina viene superando con amplitud los 75 millones de megavatios hora. Por lo tanto, es estadísticamente improbable la insuficiencia alegada sobre la muy barata energía adicional a la garantizada.
Pareciera que para los prósperos paraguayos, principalmente, los del Consejo de Administración y del Directorio Ejecutivo, que el tiempo no transcurriera y los escenarios no cambiaran. Renunciaron una vez más a revisar a tiempo lo que se discutirá en el 2023, dejando expedita la iniciativa a los brasileños.
Es bueno recordarles, a estos buenos para nada, de no continuar complicándose con la ilegalidad del lucro y de la Nota Reversal 1/05 que, de fuente de producción energética, transformó a Itaipú en un esperpento con responsabilidades más propias de un Estado nacional.
Para refrescarles la memoria, les recuerdo que la justicia aunque lenta llegará. Marcelo Odebrecht, más conocido como gestor del “Petrolão”, está en la cárcel y con orden de prisión el expresidente Alejandro Toledo. Varios presidentes y expresidentes, congresistas y empresarios señalados de corruptos por la justicia están expectantes de un incierto futuro. Un colega de ustedes, Joao Vaccari, está purgando su pena por corrupto y otros más vinculados con él, con destino incierto.
Decía San Agustín sobre la mentira. Se puede preguntar quién es el que miente: si aquel que dice algo falso para no engañar o el que dice la verdad para engañar.
El que no sabe que es falso lo que dice, no miente, si cree que dice la verdad. Sin embargo, miente el que dice algo verdadero cuando piensa que es falso.
A los dos lo hemos de juzgar por sus intenciones.
juanantoniopozzo@gmail.com