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No se realizaron los levantes de terraplén y tampoco se colocaron sistemas de alcantarillado necesarios para la rápida circulación de las aguas de lluvia y el resultado está a la vista. Y que conste que recién se inicia el periodo de grandes precipitaciones en el Alto Paraguay.
Presupuestos millonarios fueron destinados por el Estado paraguayo a las instituciones públicas, la Gobernación, municipalidades y MOPC. También se sumaron ampliaciones presupuestarias para cubrir obras en situaciones de emergencia declaradas en forma cíclica en el departamento, pero en cada temporada de lluvias se repite la misma historia. Solo la Secretaría de Obras de la Gobernación, desde el año 2013 hasta 2018 tuvo un presupuesto superior a los G. 66.000 millones.
Ese multimillonario monto no se refleja en la realidad de los tramos camineros del departamento. Por ejemplo, apenas se produjeron las primeras lluvias, varias poblaciones del distrito de Bahía Negra se quedaron incomunicadas.
Los efectos de las últimas precipitaciones también amenazan a los distritos de Fuerte Olimpo y Carmelo Peralta. En los accesos a estas comunidades ya existen tramos inundados.
El Comando de Ingeniería del Ejército paraguayo en más de dos meses solo logró reparar seis kilómetros de los 75 kilómetros previstos.
Al asumir el cargo, en agosto, el gobernador, José Domingo Adorno (ANR) prometió que los caminos serían prioridad en los primeros 100 días de su gestión. Sin embargo, la realidad es bien distinta.
Ante este panorama, cabe repetir que patriotismo y honestidad en el uso del dinero público es lo que se les pide a las autoridades nacionales, departamentales y comunales para cambiar esta triste realidad que frena todo intento de desarrollo social.
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