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Una nota reversal de Montevideo (Uruguay) del año 2003 logró insertar la figura de la responsabilidad social y ambiental como una de las funciones de la Itaipú. Sin embargo, queda por saber en qué fecha este instrumento fue ratificado por el Congreso Nacional, habida cuenta que sin la aprobación de los parlamentos es imposible la modificación del Tratado.
¿Cómo se determina la tarifa de Itaipú y quiénes la determinan? Teniendo en cuenta que Itaipú se concibió como una herramienta para el desarrollo del Paraguay y el Brasil, su tarifa, según el Anexo “C”, debe cubrir únicamente los costos de la entidad para que esta genere energía eléctrica de calidad en condiciones de ser utilizada para el desarrollo económico de ambos países.
La tarifa, aprobada para el año 2009, sirve de ejemplo. Como corresponde, fue el resultado de la división entre el costo de servicio de electricidad y la potencia disponible para la contratación.
US$ 3.290.970.000 / 145.620.000 kW = US$ 22,60 el kilovatio mes (tarifa hasta hoy sin variación).
El costo del servicio de electricidad establecido para el año 2009 comprendía:
- US$ 47,98 millones por las utilidades por el capital integrado, en partes iguales para la ANDE y la Eletrobrás (1,31%);
- US$ 2.066,3 millones por las cargas financieras de los préstamos recibidos y la amortización de esos préstamos, Eletrobrás y Tesoro brasileño (63,50%);
- US$ 404,28 millones por los royalties (13,41%);
- US$ 31,01 millones por resarcimientos por cargas de administración y supervisión en partes iguales para Brasil y Paraguay (1,03%);
- US$ 600 millones por gastos de explotación (18,99%);
- US$ 141,4 millones en concepto de saldo de la cuenta de explotación (2,22%).
Un total de US$ 3.290.970.000, cifra similar a la presupuestada, lo que demuestra que el costo del servicio de electricidad es igual al Costo de la Potencia Disponible para la Contratación.
Es importante señalar que el 62,2% del Costo del Servicio de electricidad fue aplicado en el pago de la deuda a la Eletrobrás y al Tesoro brasileño, una deuda que, según la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, dependiente de la cancillería paraguaya, ya fue totalmente honrada.
Clara violación del Tratado
Aunque el punto I.4 del Anexo “C” dice “Que cada entidad tiene el derecho de utilizar la potencia por ella contratada hasta el límite que será establecido, para cada lapso de operación por Itaipú”, la binacional desde el año 2002 (por Resolución del Directorio Ejecutivo, RDE 145/02 y del Consejo de Administración, RCA 020/02) asoció a la potencia disponible para la contratación una energía llamada garantizada y otra denominada energía adicional a la garantizada. Básicamente la energía quedó clasificada en garantizada y no garantizada y en situaciones excepcionales de generación, en energía excedente.
Es evidente que desde ese momento, vulnerando el Tratado, Itaipú dejó de vender potencia para vender energía.
Con la venta de la energía garantizada, establecida en 75.135.000 megavatios/hora, se debía cubrir todos los componentes del costo de servicio de electricidad.
En el año 2011, dividido el costo de servicio de electricidad por la energía garantizada (3.291.000.000/75.135.000) la tarifa por cada megavatio hora de energía fue de US$ 43,80.
Si Itaipú generó en ese año 92.523.000 megavatios hora de energía, significa que sobró (92.523.000 - 75.135.000) 17.388.000 megavatios hora. La tarifa determinada por Itaipú, por cada megavatio hora de esa energía sobrante o adicional a la garantizada, sumamente barata, fue de US$ 5,69.
Hecha la multiplicación (5,69 x 17.388.000), los genios de Itaipú consiguieron unos US$ 98.937.720 más sobre el costo del servicio de electricidad, fuera de las previsiones presupuestarias. La millonaria cifra, repartida entre los gobiernos, no incluida entre los gastos de la Nación, era presumiblemente la plata para los gastos sociales y otros menesteres de imposible inserción legal en los rubros componentes de la tarifa.
Al respecto, el Ing. Nelson Cristaldo (ABC, 3 de abril de 2012) decía: “En Paraguay tenemos ejemplos de despilfarro de todo tipo, desde construcciones de seccionales hasta la utilización de recursos para compra de votos. En la actualidad tenemos el caso del Parque Tecnológico Itaipú (PTI), que ha utilizado millones de dólares en repartir semillas, en un acto claramente populista, siendo que su función era la de generar tecnología y desarrollo de la investigación. La desfachatez de esta administración se extiende sin límites; ahora se sabe que el PTI fue el auspiciante oficial de la iluminación de una catedral en la isla comunista de Cuba. ¡Qué gran muestra de generosidad!”, señalaba el compatriota, maestro de ingeniería en sistemas de potencia.
juanantoniopozzo@gmail.com