Cargando...
A jóvenes: juéguense por algo, no coimeen
No tengan miedo de entregar todo de sí, juéguense por algo. A jugarse por algo, a jugarse por alguien. Dejen todo en la cancha, no coimeen al réfere”, pidió el papa Francisco ayer a los jóvenes de nuestro país, durante la reunión con diversos sectores de la sociedad, en el Leon Coundou.
El Santo Padre tenía previsto responder cinco preguntas, pero una de ellas -representante del sector campesino- se desvió de la consulta y pronunció un discurso.
A la pregunta de “qué implica que reinen la fraternidad, la justicia, la paz y la dignidad para todos”, el Santo Padre respondió que son palabras vacías. Si no se construyen día a día, no sirven. “Hay días que da un poco de alegría el escuchar discursos grandilocuentes con todas esas palabras, pero cuando se conoce a la persona que dice, decís ‘qué mentirosos que son”’.
Insistió en que los jóvenes se deben animar a jugarse por algo, que no hay nada más triste que ver jóvenes jubilados. “La juventud es tiempo de grandes ideales. Son muy valiosos para andar por la vida como anestesiados. Paraguay tiene abundante población joven y es una gran riqueza”, destacó.
En otro momento, sugirió buscar escuchar la vida, las historias y los cuentos de los mayores. “Pierdan mucho tiempo en escuchar todo lo bueno que tienen para enseñarles. Ellos son los custodios de este patrimonio espiritual de fe y valores que definen a un pueblo y alumbran su camino”.
Cada intervención del Sumo Pontífice era celebrada con júbilo por los presentes. La pregunta del sector juvenil estuvo a cargo de Gabriela Rejala, de la Pastoral Juvenil Nacional.
Buscar siempre la unidad en diversidad
El vicario de Cristo llamó a los sectores sociales a buscar el diálogo por encima de cualquier diferencia. “La unidad es superior al conflicto; la unidad no es uniformidad, es unidad en la diversidad; reconocer que no hay persona de primera, de segunda ni de tercera”, acotó.
Agregó que el diálogo no es fácil, hay muchas dificultades que superar. El bien común se busca desde nuestras diferencias dándole posibilidad siempre a nuevas alternativas. “Y para que haya diálogo es necesario tener identidad; la identidad de un pueblo es el amor a la patria. La patria primero”.
Continuó diciendo que “el bien común se busca desde nuestras diferencias, dándole posibilidad siempre a nuevas alternativas. Buscar algo nuevo, no ‘sacar su propia tajada’, sino discutir juntos, pensar una mejor solución para todos”.
Por otro lado, dijo que las verdaderas culturas no están cerradas en sí mismas, sino que están llamadas a encontrarse con otras culturas y crear nuevas realidades. “Sin ese presupuesto esencial, sin esta base de hermandad será muy difícil arribar al diálogo. Si alguien considera que hay personas, culturas, situaciones de segunda, tercera... algo seguro saldrá mal, porque simplemente carece de lo mínimo: del reconocimiento a la dignidad del otro”.
En el estadio, estaban sentados sindicalistas, empresarios, grupos juveniles, indígenas, campesinos.
Esta reunión fue organizada por la Universidad Católica, con el objetivo de impulsar después de la visita del Papa un diálogo entre todos los sectores sociales y políticos.
“Ideologías, relación enferma con el pueblo”
El papa Francisco condenó las ideologías porque aseguró que tienen “una relación enferma con el pueblo”. Estas palabras las pronunció en el espacio que tenía en su discurso para responder la pregunta que debía realizarle María Ester Leiva, representante de la dirigencia campesina. La consulta de la misma fue “qué desafíos y qué compromisos genera para los dirigentes asumir el clamor y lograr el bien común como cimiento para una paz social duradera”.
El Santo Padre dijo que un aspecto fundamental para promover a los pobres está en el modo en que los vemos. No sirve una mirada ideológica, que termina utilizándolos al servicio de otros intereses políticos y personales
“Las ideologías terminan mal, no sirven, tienen una relación enferma con el pueblo. Las ideologías no asumen al pueblo. Piensan por el pueblo, no dejan pensar al pueblo”, acotó. Agregó que en el siglo pasado las ideologías terminaron en dictaduras.
Seguidamente, se refirió a la “dictadura de la economía sin rostro y pidió velar porque el desarrollo siempre tenga un rostro humano”. Agregó que ciertamente es necesario para un país el crecimiento económico y la creación de la riqueza, pero que esta debe llegar a todos los ciudadanos.
“Las personas cuya vocación es ayudar al desarrollo económico tienen la tarea de velar para que este siempre tenga rostro humano. En sus manos está la posibilidad de ofrecer un trabajo a muchas personas y dar así una esperanza a tantas familias. El trabajo es un derecho y dignifica a las personas. Traer el pan a casa, ofrecer a los niños un techo, salud y educación son aspectos esenciales de la dignidad humana, y los políticos y empresarios deben dejarse interpelar por ellos”, sentenció.