Poder de insurgencia y droga

Unos 3.500 millones de dólares anuales produce las FARC, según el Ministerio de Defensa de Colombia; los ingresos están exclusivamente vinculados a una producción anual de 200 toneladas de cocaína. Ha sido este el punto de fortalecimiento de la guerrilla, opina el Dr. Fernando Cepeda, exministro, diplomático, historiador y político. Todavía recuerda cuando en las reuniones de ministros les decían que la guerrilla no era un problema; la indiferencia les costó una guerra que aún sigue. Sugiere que miremos al contrabando y a la droga como fuentes del EPP.

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Algunos la llaman “época de violencia” y otros “guerra no declarada” la que azotó Colombia por más de 50 años. El Dr. Fernando Cepeda, ex ministro colombiano, historiador, politólogo y ex diplomático asegura que Colombia creó una guerrilla muy fuerte porque hubo un maridaje con la droga.

“A partir de los ‘80 se fueron volviendo una insurgencia bien uniformada, bien armada, ¿por qué?, por la droga. Según el actual Ministro de Defensa, los ingresos anuales de las FARC orillan entre 2.400 y 3.500 millones de dólares. Y esos no son sus únicos ingresos”, aclara.

Los inicios con la droga

“Al comienzo las FARC cobraban un impuesto que se llamaba “De Gramaje”, en alusión a los gramos: Pesaban la droga, coca sobre todo, y se pagaba un impuesto... pero eso evolucionó. Primero financiaron a campesinos para sembrar coca; segundo, se apoderaron de la hoja de coca y la vendían ellos mismos a quienes la terminaban transformando en pasta de coca. Después dijeron, ¡qué tontería! y comenzaron ellos mismos a producir la pasta de coca. Después dijeron, ¡pero qué tontería!, vamos a producir nosotros mismos la cocaína. Después dijeron, ¡qué tontería!, ¿qué hacemos vendiendo la cocaína aquí? ¡Vamos a exportar! Entonces ya comenzaron a exportar, hicieron contactos con México, principalmente, y con Venezuela... Ellos ya tienen toda la cadena, hasta la exportación”.

“Luego entraron en algunas industrias, el oro ilegal. El oro ilegal, según el ministro, produce más que la cocaína, o sea, produce más de 3.000 millones de dólares al año. La producción es ilegal, pero la venta es legal, no está prohibida en el mundo la venta de oro. Se le puede poner ahora una marca, como los diamantes ensangrentados, pero es legal. Entonces es mejor negocio. Se produce ilegalmente y se vende legalmente.

–¿Con estos negocios, igual disfrazan la violencia bajo una ideología de bienestar para todos?

–En todas las encuestas, si las FARC tiene 2% de popularidad, es mucho. El 2% no quiere decir absolutamente nada, es un margen de error. Está por debajo. Si se compara eso con la guerrilla salvadoreña, la guerrilla salvadoreña tenía más de 45% y a veces 50% de favorabilidad en la población. El propio M-19 en Colombia tuvo favorabilidad. Las FARC no tienen porque las FARC han atacado a los campesinos, a los pueblitos. ¿De dónde sacan que representan al pueblo?, pero bueno. Y luego, digamos que en el afán de hacer la paz, en lo que llevamos 33 años, usted no puede hacer la paz si usted dice que son unos criminales, no se puede negociar con criminales, es lo mismo.

Insurgencia-droga

“Si usted tiene la mezcla insurgencia-droga, usted lo que tiene es una insurgencia económicamente poderosa, Hay una tesis de una profesora inglesa que dice que en el mundo posguerra fría lo que hay es una guerra de recursos, que es el problema del África, los diamantes, la madera. Los recursos en Colombia son: primero la droga, después el oro, el tercer negocio de las FARC, el coltan, que es lo que tiene Bolivia, es la arena que se usa para todo el sistema de telecomunicaciones, todos los celulares, es un tesoro. El negocio es casi monopolizado por ellos. Aquí no saben qué es. Y el otro negocio, el cuarto, ya no mencionamos el secuestro, porque eso ya es menor...

–Si el negocio está en la droga, en el oro, en el coltan, ¿para qué los secuestros?

–Los secuestros eran los sustitutos a la debilidad política. Los secuestros fueron un arma política, porque les daban una capacidad de negociación política que no tenían como insurgentes, ni echando balas, ni tumbando torres eléctricas. No. En cambio, si usted secuestraba a un Echavarría, una de las familias más ricas o a Francisco Santos, hijo de los dueños de El Tiempo, o al hermano del presidente Gaviria, es que no terminamos. Al presidente Turbay le mataron la hija que adoraba, les mataron a todos los primos. Los fueron matando uno por uno y un buen día fueron por cuatro de ellos, la mamá, tres hijos, los sacaron, los pusieron en la carretera, los acostaron y los fusilaron. Nos acostumbramos tanto a esto…

–¿Es posible que en principio también pueda radicarse por la extrema pobreza de las comunidades?

–Después va a servir como pretexto. Si la razón de ser es la pobreza, entonces vamos a Nicaragua a ver la revolución y al sandinismo.

Ellos primero se apoderan de comunidades muy pequeñas, muy débiles, con gobiernos municipales muy débiles y establecen un sistema de vida que incluye la protección del medio ambiente, de castigo, apartan menores… Y dan órdenes, “Ud. no me contamina el río, usted no me tumba los árboles. Ellos sustituyen el gobierno ante la fragilidad del Gobierno central.

“No era una amenaza”

“Yo fui ministro allá por 1972 y en todas las reuniones decían que la guerrilla no era una amenaza. Estoy hablando del 72.

Además, nunca… nunca Colombia tuvo un ejército fuerte, nunca Colombia tuvo un servicio de inteligencia que sirviera. ¿Hasta cuándo? hasta el momento en que los americanos dijeron no más.

Fernando Cepeda relata la manera en que el dinero de EE.UU. financió el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad colombiana. “Según los que saben, somos los mejores de América Latina y uno de los mejores del mundo, estamos en la OTAN ahora. Nosotros asesoramos a México, a Centroamérica, a otros países en temas de seguridad. Parte de la política exterior de Colombia que se plantea hacia el futuro es ofrecer experticia en seguridad. Y, tenemos una de las mejores policías, por eso los últimos policías han sido declarados los mejores policías del mundo y tenemos, quizás, el mejor servicio de inteligencia de América Latina, como los americanos y los ingleses.

“En Colombia se logró hacer operaciones conjuntas, no solo de Policía y Ejército, no, Ejército, Fuerza Aérea y Marina. La Marina no ha sido involucrada en esta lucha por décadas, hasta que llegaron los americanos y dijeron están locos. ¿Cuáles son las carreteras de los guerrilleros? Son los ríos. ¿Cuántos ríos tiene Colombia? Unos 5.000, 7.000, país rico en ríos que vamos destruyendo, pero en fin. Se creó una unidad de la Marina para los ríos. La Marina desarrolló una industria militar, muy exitosa, de producción de lanchas rápidas y blindadas, entonces pudimos controlar los ríos, les quitamos las carreteras que tenían”.

Incontrolable cuando menos se piensa

“Hay que identificar las fuentes de financiación, no solo las de hoy, las potenciales, y mantener el ojo sobre eso. Mire, en Colombia existe la mejor unidad de análisis financiero, que mira estos temas. En Colombia hemos tenido problemas con la infiltración, con la inteligencia, con el ejército, con la Policía, con las aduanas. Los tipos miraban para otro lado, dejaban que ocurra el fenómeno y cuando Ud. menos lo piensa el fenómeno se vuelve incontrolable.

“Esta gente ha aprendido mucho, ha aprendido a garantizarle éxitos a la Policía y al Ejército y a la inteligencia” recuerda Cepeda. Y mira hacia la lejanía, cuando era Ministro, cuando les decían en las reuniones que todo estaba bien y en sus narices el monstruo iba agigantándose.

El monstruo creció y dejó 220.000 muertos, más de 25.000 desaparecidos y casi 30.000 secuestrados según Memoria Histórica.

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