Koki Ruiz: “La religiosidad popular ingresó al retablo”

Magnífico, espectacular, una maravilla. Son las expresiones que se cruzaban entre quienes admiraban el retablo de Koki Ruiz, entregado oficialmente ayer a las autoridades nacionales. El artista, quien levantó la imponente obra con 200.000 cocos, 40.000 espigas de maíz y 1.000 calabazas y zapallos, dijo que la religiosidad popular ya ingresó a este lugar.

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El retablo del altar para la misa central de Ñu Guasu reproduce fielmente el arte barroco y jesuítico hispano guaraní en una verdadera arquitectura religiosa. Los frutos de la tierra se amalgaman como en una generosa ofrenda natural.

Desde el 25 de abril de este año empezó la tarea en el Teatro El Molino de San Ignacio (Misiones). Las piezas llegaron a Ñu Guasu el 28 de junio y desde entonces Koki Ruiz comenzó el montaje del majestuoso retablo que completó ayer. “Al alba empezábamos tomando mate, subíamos los andamios aprovechando la luz solar y al atardecer bajábamos, íbamos del alba a la noche”, dijo el artista mostrando satisfacción al ver terminada la obra maestra, digna de figurar entre los Guinness World Records.

La idea de realizar el retablo surgió en el 2014 en Tañarandy –explicó– cuando se dejaron de hacer los cuadros vivientes de Semana Santa, que ya llevaban diez años, para plasmar una nueva obra de arte, una innovación frente a la Laguna, en la Barraca: “Teniendo todavía el altar con las luces prendidas me llamaron varias personas queriendo traer el altar aquí. Les dije que sería necesario uno nuevo con medidas mucho más grandes para este lugar”.

Entre las personas que contactaron directa o indirectamente con Koki Ruiz, citó a al monseñor Claudio Giménez, Sarah Cartes, Leila Rachid, gente de Itaipú y de la Comisión Nacional de la Visita Papal.

La nueva dimensión era necesaria para asegurar la visibilidad e imponencia del retablo para las personas ubicadas a 700 metros de la plataforma. Se adaptó así a la arquitectura religiosa.

Otra novedad fue la firma de los cocos con lo que “logramos abrir las puertas del taller a la gente. Que la gente toque, manosee, escriba en los cocos, así surgió esto de escribir mensajes pidiendo bendiciones, pidiendo por la salud de alguien. Todo esto generó una emoción importante y una participación que hizo que la religiosidad popular ingresara a este retablo”.

Insistió en que esa participación de pedir las bendiciones a través de los mensajes en los cocos se convirtió en una muestra de religiosidad popular, que fue muy importante y le dio sentido al retablo papal.

Entrega oficial fue ayer

El retablo fue recibido oficialmente ayer por el presidente Horacio Cartes y el director de Itaipú James Spalding en el Comando Central de la Fuerza Aérea. La entidad financió la obra de arte que tuvo un costo de unos G. 360 millones.

pgomez@abc.com.py

Fotos: Claudio Ocampo y Andrés Cristaldo. 

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