Exjerarcas de Salud están tras huelga de médicos

Antonio Barrios, un pediatra especialista en recién nacidos, viene recibiendo una andanada de críticas por su gestión al frente del Ministerio de Salud. En esta entrevista, si bien admite ciertas falencias, asegura que su administración es la más eficiente de los últimos 10 años en apenas un año de trabajo. El ministro denuncia que exjerarcas de Salud Pública como Esperanza Martínez, Desirée Masi y el colorado Julio Velázquez azuzan a los médicos a llevar adelante una huelga sin fundamento con la finalidad de paralizar los hospitales, exclusivamente para dar satisfacción a sus intereses políticos y en directo perjuicio de la población.

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–Las críticas son bastante duras a su gestión.

–Si la gente mira bien, las críticas provienen de un sector muy particular. En el Ministerio de Salud hay tres escenarios políticos. Por un lado, está la gente liderada por Esperanza Martínez, a la que se suma la gente de Desirée (Masi). El ministerio está minado de ellos. El tercero proviene del sector de (el senador) Julio Velázquez, de mi partido, que también es enemigo del gobierno. Un cuarto sector es el funcionariado que siempre es funcional a estos movimientos, desmotivados por su bajo salario o irregularidad en el pago que reciben. Hay otro grupo de unas 50 personas que son las que acompañan, estiran el carro y son las que no ponen el palo a la rueda y hacen que las cosas vayan fluyendo.

–Velázquez es médico.

–Es médico, exministro de Salud igual que Esperanza Martínez, hoy senadores de la nación. En la Comisión de Salud del Senado usted le tiene a Desirée Masi, a Esperanza Martínez, a Julio Velázquez y preside la comisión Pipo Alfonso.

–¿Quién es?

–Es también un senador colorado disidente del gobierno como Julio Velázquez. Como verá, en la comisión del Senado no voy a conseguir nada, ni si lloro.

–¿Qué es la esposa de Julio Velázquez en el Ministerio de Salud?

–Una directora. Viene de la administración anterior y no la toqué. Conste que me conspira. Va a ser peor que la saque. Entonces, le puenteo en lo que puedo. Me manejo como puedo. Después está la gente de (el exministro Antonio) Arbo. Es gente institucionalista, Arbo es un tipo honesto. Hubo irregularidades mínimas en su gestión, que no vienen al caso. Prácticamente no tuvo injerencia. En el caso de la exministra Martínez yo he ampliado algunas denuncias presentadas por Arbo, especialmente en lo relacionado con vacunas, de ahí su alianza con Velázquez, porque el director de vacunas de la época de Esperanza era su sobrino, el Dr. Carlos Torres Tillería. Hay una pérdida de más de un millón de dólares. Esa denuncia no la hice yo. La hizo Arbo.

–Pero dicen que no hay vacunas hoy.

–Eso no es cierto. Es mentira. Qué no va a haber vacunas. No hay cuatro vacunas: cierto. Pero tiene su justificación. No es porque el ministerio no haya hecho el procedimiento.

Faltan porque todavía no nos entregaron. Ahora en setiembre nos entregan la hepatitis B, la hepatitis A y la varicela, la otra que falta (papiloma), tuvo un problema en su producción. No tiene todavía fecha de entrega. Pero no es un problema de gestión. La gestión está, el pedido está. Es la OPS (Organización Panamericana de la Salud) la que tiene que proveer.

–Pero no solo eso falta. Dicen que falta analgésicos, adrenalina, insulina.

–Las denuncias de falta de medicamentos fueron ciertas en cierto momento. Hubo una aguda falta de medicamentos mientras estábamos haciendo los procesos cuando entramos. Eso lo reconocí. Hicimos un llamado a licitación por 160 millones de dólares que duró cuatro meses. Se hizo una subasta a la baja que es lo más transparente que hay. Esa licitación conlleva, comparando con administraciones anteriores, un ahorro de 16 millones de dólares.

–¿Y los guantes, gasa, jeringa?

–Para la provisión de guantes ganó una empresa que no cumplió con el plazo de entrega. Pero hoy tenemos por lo menos seis millones de guantes adjudicados y dos millones entregados. Es mentira que falten guantes. Por el tema gasa hicieron todo un escándalo. Tengo gasa como para vendar todo el país. Dijeron que en el (Hospital) Barrio Obrero no había gasa. Fuimos a ver el parque (depósito) y estaba lleno de gasa. Dijeron que no había jeringa. Mentira. No había jeringa de 3 mm, porque no hay producción de jeringa de 3 mm, pero jeringa hay.

No niego que en algunos hospitales escaseó en algún momento, pero que ahora vengan con ese discurso es porque nada más quieren dañar la imagen de Salud Pública.

–¿Por qué no pagan las deudas a los proveedores?

–Tenemos la mejor ejecución presupuestaria de los últimos 10 años. Somos mejores pagadores que todas las administraciones anteriores. De enero a agosto, en la parte de medicamentos, pagamos 264.000 millones de guaraníes. Comparando de enero a agosto en 2013 solo se pagó la mitad. Ejecutamos 1,9 billones de guaraníes, de enero a agosto. El año pasado fue de 1,7 billones. Hacienda prioriza Salud Pública y hoy ya no tenemos problemas con proveedores. Ellos están conformes y se presentan a los llamados.

–¿Es cierto que Salud tiene una deuda de 200 millones de dólares con los proveedores?

–La deuda vencida hoy es de aproximadamente 50 millones de dólares. La deuda ya asumida y comprometida es de aproximadamente 200 millones de dólares. Todavía no está vencida.

–¿Es cierto que no están pagando las deudas de gobiernos anteriores?

–Estamos pagando, esa es la verdad, previo análisis de la calidad del gasto. No es que pagamos por pagar. La exministra Martínez hizo una compra masiva de material oncológico que vencieron. Y fue tapa de ustedes en el periódico. Fue por valor de un millón y medio de dólares. Esa es una denuncia que también lo tenemos arrimado hace rato al Ministerio Público.

También tenemos denuncias por la terapia intensiva privatizada con un sobrecosto de medicamentos de hasta 400%. Lástima que caminamos muy lento en la parte judicial. Los procesos duermen el sueño de los justos.

–¿Por qué los centros de salud están tan abandonados, deteriorados, con gente hacinada, lugares precarios.?

–El Paraguay tiene 25 años sin procesos, ni siquiera de mantenimiento de los servicios. Fuimos los primeros en aplicar un plan de infraestructura, de reactivación de obras paradas por falta de pago y mantenimiento de las que están en peor estado. Estamos reprogramando los fondos. El tercer punto corresponde a nuevas construcciones: el nuevo Hospital Barrio Obrero, San Bernardino, hospitales especializados en puntos estratégicos, ampliación del Hospital Nacional y un sinnúmero de obras que llevarán una inversión de unos 400 millones de dólares al 2018.

Vamos a reinstalar el Hospital Barrio Obrero en un predio de 3,5 hectáreas que nos cede el R.I.14 (en Tacumbú). Es el mejor lugar. Convergen todas las avenidas. Hay suficiente espacio para estacionar. Va a ser un hospital para 250 camas y mil funcionarios. El actual edificio no se va a tocar, aparte que la construcción va a durar un tiempo.

–La gente tuvo simpatía en algún momento con el reclamo de los médicos por esas imágenes de abandono, incluso el Hospital de Clínicas que al inaugurarse parecía de Primer Mundo. Muy pronto comenzó a caerse.

–Acá toda la bomba se centró en Salud Pública. Para los que no saben, el sistema de salud está fragmentado. Yo tengo autoridad sobre mis hospitales. En Clínicas tiene autoridad el Rectorado de la Universidad Nacional. IPS es independiente. Aquí se hizo como una bolsa de gatos. Vaya a Emergencias Médicas y pregunte cuántos asegurados del IPS hoy usan allí terapia. Investigue a las aseguradoras y cómo hacen sus negociados usando los servicios de Salud Pública.

Todos vienen a Salud Pública porque, mal que mal, tienen más respuestas. Hay más medicamentos, tiene más medios y mucho mejores recursos humanos. Hemos triplicado el nivel de consultas y el nivel de asistencia. El consumo de medicamentos subió 400%.

–¿Qué pasó con la salud gratuita?

–La gratuidad de la Salud Pública fue una mentira instalada por la exministra (Martínez). El populismo nos puede llevar al mismo camino de la Argentina, a un default, si seguimos regalando la plata del Estado, si seguimos gastando lo que no ingresa. Cuando no existía la ley de adecuación fiscal, vigente desde este gobierno, usted podía anotar de presupuesto para Salud Pública la suma de 10.000 millones de guaraníes. Al final, le entregaban en ventanilla 1.000. Entonces, cuál es el discurso de ellos: la ejecución presupuestaria de acuerdo a lo asignado. A uno le pueden asignar muchísimo, pero lo que hay es “esto”. Lo que Hacienda dice que recaudó es “esto” para Salud. Conste que Salud está priorizado en Hacienda.

–¿Cuánta es la ejecución presupuestaria a esta altura del año?

–Para nosotros es de 45%, 47%.

–Los sindicalistas hablan de 40%

–No. Ellos hablan hasta de 28%.

–¿El 45% no es bajo de todas maneras?

–Es lo que hay para gastar. Nosotros ejecutamos los procesos. Eso es lo que hay que entender. Es diferente al proceso de ejecución presupuestaria. La ejecución presupuestaria es lo que se paga. Nosotros queremos dejar atrás el viejo modelo. Ellos se empeñan en instalar en los medios una imagen negativa nuestra.

–¿Qué plantean los sindicalistas y qué es lo que ustedes están dispuestos a ceder?

–Bueno, ellos plantean mucho. En la primera negociación los sindicalistas plantearon que se pague a la APS (Atención Primaria de Salud). Estuvo la plata por pocos días porque me ampliaron y pude pagar. Me pidieron que pague a los médicos que hacen trasplante renal. No era nada, 70 millones de guaraníes. Pagamos. Me pidieron una entrevista con el Presidente. En 24 horas se consiguió. Pidieron que se apoye la carrera sanitaria. El Presidente les dijo: “Yo personalmente voy a impulsar la carrera sanitaria”. Pidieron la cabeza de (César) Pimienta (exsindicalista y actual director de Recursos Humanos) y pidieron la duplicación del presupuesto.

–¿Se puede?

–Si ocurre una explosión económica y tenemos mayor ingreso y que todos los contribuyentes paguen sus impuestos. El Presidente dijo: “Plata que ingrese, plata que se va a gastar en Salud”.

Después hay otra cosa que pidieron: el mismo salario de los anestesistas por 12 horas de trabajo. Es cierto, hay una inequidad. Ellos consiguieron ese salario en tiempos de Lugo después de una huelga de anestesistas. El resto tiene su salario por 24 horas. En ese circuito están 1.600 médicos. Hoy no tengo la disponibilidad presupuestaria para decirles. “Vengan y trabajen 12 horas”. Eso significa que yo tengo que contratar 1.600 médicos más para cubrir el boquete que me van a dejar. Presupuestariamente es imposible.

–Entonces, la huelga que preparan ¿es irreversible?

–La huelga es promovida por un grupo de médicos. Son 123, para ser más exacto. Pero ya están todos divididos porque desvirtuaron su lucha. No tenemos quejas de que se haya resentido la salud pública por estos paros escalonados que están haciendo.

–Están diciendo que la protesta será ampliada a docentes y campesinos.

–Están amenazando con eso desde hace dos semanas. Se están juntando todos los sectores de izquierda. Tienen apoyo irrestricto de Desirée Masi, de Esperanza Martínez, de los grupos campesinos que militan en su partido. Le envolvieron al médico colorado Lilio Irala. Pero hoy Irala ya tiene un discurso más moderado porque desvirtuaron su protesta.

–¿Cuándo empezaron a perder fuerza?

–Al meter como reivindicación la destitución de Pimienta. Cuando hablaron de eso al Presidente, él se levantó y les dijo que ni siquiera sabe quién es Pimienta.

Resulta que como están desde hace dos semanas sin conseguir nada quieren algo, algún trofeo, y ese es Pimienta. Es un capricho de unos cuantos que lo odian por su pasado en la lucha sindical: Zorrilla, Lilio Irala... Ahí nomás ya le tengo a otro grupo pero que apoya a Pimienta y me dice: “Si destituye a Pimienta, nosotros le hacemos el paro”. Entonces, esto no es serio.

Advierte sobre la temporada de dengue

–¿Cuál es la estrategia que tiene el ministerio para combatir el dengue? Se aproximan los tiempos de nuevo.

–La misma estrategia integrada: un foco y se ataca. Así se va cerrando el círculo. Lo mismo vamos a hacer con chicunguña. Lo mismo haríamos si aparece el ébola. La cuestión es centralizar.

–¿Cuál es el pronóstico?

–La cantidad de mosquitos que hay es impresionante. Si no hay una campaña cierta de limpieza nos va a matar a todos. Eso es seguro. Con la fumigación solo se elimina el 30% de los focos.

Cuando llegamos al ministerio no había presupuesto ni para comprar combustible. Aplicamos medidas de urgencia. Negocié combustible con Petropar en plena etapa de dengue. No había combustible para fumigar. Por lo menos había insecticida suficiente. Nos dieron a pesar de que no teníamos para pagar en ese momento. Si nos vamos a remitir al pasado, nosotros entramos en una administración que tenía 100 millones de dólares de pasivo. No había respaldo presupuestario para hacer llamados licitatorios.

–¿Cómo va a influir el hecho de que la gente salió de sus hogares por la inundación?

–Por primera vez en la historia de los inundados estamos pidiendo a la gente que no se mueva de su lugar. Algunos están respetando.

Salud invirtió 2 millones de dólares en medicamentos para dar satisfacción a todas las zonas inundadas. ¿Escucharon alguna protesta? No. Hasta tenemos que soportar a gente que acopia irregularmente medicamentos en los campamentos de damnificados. Probablemente si proceden así con los medicamentos, hacen lo mismo con chapas, con frazadas, con todo lo que sea donación. Pero no podemos evitar desgraciadamente. Comprobamos cómo una misma persona retira cuatro veces en el mes. Es imposible que un médico le recete cuatro veces en el mes.

Los de Salud Pública son los que mejor ganan

Los médicos de Salud Pública son los que mejor ganan, afirma el ministro Barrios. El ministerio analiza la posibilidad de pagarles por productividad para evitar que se ausenten de sus puestos de trabajo como hacen muchos.

“Para combatir a los fallutos, pagar por productividad es muy bueno para los que quieren trabajar. Vaya y dígales a los médicos que trabajan en Salud Pública –ganan 30 palos– si les hacen el mismo problema a los seguros médicos privados. Los seguros me pagaban a mí 35.000 la consulta. Ni si me siento a atender todo el día en mi consultorio voy a ganar lo que ganan los médicos en Salud Pública, de 9 a 10 millones de guaraníes.

Uno de los dirigentes, de apellido Sosa Argaña, es un anestesista. Es un médico que está acostumbrado a salir de su servicio para hacer privado. Se recibió la denuncia y se envía al fiscal para comprobar que no está en su lugar de trabajo. Por eso lo odian también a Pimienta que es el director de Recursos Humanos. Nos estamos documentando y tenemos los documentos. Inclusive, ayer me reuní con los técnicos de anestesia. Ellos reconocen. “Este no se queda luego. Este sale”.

A la viceministra le mandé a Encarnación para corroborar un caso. Le cayó al director regional. Me escribió: “Presencia nula del director regional”. Ese tipo de cosas necesito comprobar, pero no tengo la suficiente cantidad de recursos humanos para hacerlo. Pimienta tiene seis fiscales para toda la República. Son fallutos (los médicos), pero no tengo la forma de implementar un sistema de control mes a mes.

En Ciudad del Este, hace cinco años se compró un tomógrafo. Nunca funcionó. Se venció el tubo sin usar. Costó 100.000 dólares. No pudimos implementar al comienzo. Nos quemaban, nos desprogramaban. Se manda a los pacientes enfrente (del hospital estatal) y por eso ligan una comisión. Puse una cámara para ver quién maneja el tema. Después pusieron la excusa de que no había chaleco protector. Todo para facturar.

holazar@abc.com.py

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