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Un elemento común a todos esos procesos es que en casi todos los casos las madres son beneficiarias de asistencia estatal, tanto mediante la provisión mensual de canasta básica como de bonos en efectivo a través del programa Tekoporã. Hay un caso en que incluso se le otorgó a la madre un puesto de trabajo en una institución pública, pero aun así los chicos continuaron en la calle.
A través de los distintos centros de protección Abrazo, las madres tienen a disposición guardería para dejar a los niños mientras trabajan, lugar donde los chicos son aseados, reciben alimentados y acompañamiento escolar, pero no la utilizan.
Situaciones de este tipo ocasionan daños físicos y psicológicos, muchas veces irreversibles. Agresividad, angustia, tristeza y regresión son, entre muchas otras, algunas de las características observadas en niños, niñas y adolescentes por las distintas psicólogas que intervienen en los expedientes y que denotan la tremenda carga emocional que soportan las víctimas, con desafortunadas consecuencias en el futuro.
Precisamente una de ellas es el ingreso del niño al mundo de la drogadicción y la delincuencia.
Este es el caso de J., hoy con 14 años de edad.
La causa abierta a su madre María en el 2011 tiene relación con la explotación de sus hijos J., J., G., M. y F., entonces con de 11, 10, 9, 7 y 1 año. La denuncia de la SNNA que dio origen al proceso señala que los niños eran vistos a diario haciendo malabarismos o vendiendo estampitas en los alrededores de la plaza Infante Rivarola, hasta altas horas de la noche.
En un acta firmada ante el juzgado el 23 de setiembre del 2011, María se comprometió a no volver a poner a sus hijos en situación de calle. No cumplió. Ahora, es la Policía la que informa sobre el caso.
Un informe policial del 17 de julio pasado reporta que J., hoy con 14 años, fue aprehendido por agentes de la comisaría 3ª tras ser encontrado dormido en una camioneta, en el centro de Asunción. El chico dijo que un adulto le indujo a romper la ventanilla del vehículo.
“Cabe mencionar que el adolescente no se podía parar, ya que estaba bajo los efectos de estupefacientes (...), señala el informe elevado a la Justicia.
El 19 de agosto pasado, la Policía eleva nuevo reporte sobre J. Esta vez, agentes de la comisaria 6ª lo llevaron hasta Emergencias Médicas, para que recibiera asistencia por sobredosis nuevamente, tras lo cual huyó.
Posteriormente, el chico fue ingresado al Centro Transitorio de Protección del programa Painac, donde se encuentra a la fecha.
15 plazas tiene la única Unidad de Desintoxicación para Niños, Niñas y Adolescentes del Centro Nacional de Adicciones para todo el país.
20 días dura la internación para la desintoxicación en el Centro de Adicciones, tras lo cual el tratamiento sigue de manera ambulatoria.
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