Expuesto en ocho secciones de mampostería que hacen de vitrinas colocadas a ambos costados de un gran salón, el acervo incluye utensilios de la vida cotidiana, herramientas de trabajo e imágenes fotográficas de los pioneros. Una de las piezas emblemáticas es el primer receptor de radio a batería, traído al pueblo en tiempos de la Guerra del Chaco (1932-1935). El aparato que captaba la señal de Radio Nacional, pertenecía al empresario español Rafael García y era colocado en una ventana de su casa para que los yegreños se acerquen a escuchar las noticias del frente y saber de sus familiares combatientes. Dueño de la tienda, almacén y ferretería “El Asturiano”, el hombre era uno de los más acaudalados comerciantes del pueblo. Sus producciones abarcaban caña, vino y yerba mate. Su hermano, Domingo García Álvarez, dueño de la fábrica de licores “La Iberia”, anunciaba en la prensa argentina que su destilería La Yegreña era “la casa de caña más moderna y la más importante del país”.
Una vitrina hacer honor al recuerdo del presbítero Pedro Juan Fariña Arce, carismático sacerdote que sirvió a la comunidad como cura párroco desde 1926 hasta 1976. Resaltan entre sus pertenencias exhibidas un sombrero, una gorra y el traje de campaña que vistió cuando fue capellán militar durante el conflicto chaqueño. Otra sección ubica los instrumentos musicales, bombardino, clarinetes y trompetas que el religioso utilizó en la banda del Batallón Boys Scout que él mismo creó y dirigió.
El armonio, ya destartalado, con que el padre Fariña Arce ejecutaba el Ave María durante los casamientos, revive en silencio momentos inolvidables en la vida social de los yegreños.
Otro personaje popular, presente con sus viejos utensilios es el peluquero Leonardo Báez. Su silla de madera sirve de soporte al cartel hecho a mano que persuadía a los clientes de los precios de cortes en pesos. Pero los que no venían a la peluquería “El Pingüino”, tampoco se salvaban de sus tijeras y navajas. Con un valijín de mano, Báez recorría el vecindario y las compañías para peluquear a todos los varones del pueblo.
Planchas a vapor, máquinas de escribir, cámaras fotográficas, prensas y diversos utensilios para fabricar zapatos marcan etapas vividas en este lejano pueblo. Se ven, además, armamentos, municiones, condecoraciones de guerra y fotografías de los primeros colonos, artistas, exautoridades y actividades relevantes para los yegreños.
Ocupa un espacio privilegiado el altar de madera del templo parroquial, consagrado el 15 de noviembre de 1926; un lote de biblias, candelabros y porta manteles de Ara.
Los corredores y el jardín del edificio no están libres de objetos. Hay restos de grandes maquinarias que sirvieron para apuntalar el desarrollo industrial que experimentó el pueblo en décadas pasadas.
En los años 30 ya contaba con luz
El Museo Municipal Don Elvio Romero está ubicado en pleno centro, en la esquina de las calles Pa’i Fariña y España. Abre sus puertas de martes a domingo de 07:00 a 11:30, con acceso gratuito.
A cielo abierto se ubica la corroída caldera de la usina eléctrica, inaugurada en 1930 por los señores Emilio Napout, Leopoldo Bruel y Gregorio Fernández, que colocó a Yegros entre los primeros pueblos del interior en contar con el servicio de electricidad. La luz se apagó al estallar la revolución de 1947.
A imagen y semejanza de La Plata
Fulgencio Yegros (departamento de Caazapá) queda a 278 km de Asunción. Desde la capital departamental Caazapá, hasta donde llega la ruta asfaltada, son 52 kilómetros de caminos de tierra.
Yegros se considera el primer pueblo del Paraguay organizado sobre un plano preestablecido. El trazado de 102 manzanas fue proyectado por el arquitecto francés de apellido Gibrat, a semejanza de la ciudad argentina de La Plata, con calles diagonales que convergen en una plaza central y cuatro plazas aledañas.
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Fotos: ABC/Gustavo Báez