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El excombatiente Gabino Ayala condecorado por el Gobierno en 1969, hoy a sus 100 años de vida, ya va perdiendo sus fuerzas, pero no la memoria. El jueves último le encontramos acostado en uno de los salones del Cuartel de la Victoria donde vive desde 1975, pero se levantó a conversar con nosotros en forma jovial y bromista.
Mostró un recuerdo imborrable que le dejaron en su hombro y brazo derecho las balas de un fusil.
En la ocasión, aprovechó para instar a los jóvenes a que nunca les olviden y que visiten a los pocos veteranos que todavía están con vida. Pidió, además, que haya más entendimiento para trabajar por la patria.
Como es de interés para los lectores, reproducimos la entrevista publicada el 29 de setiembre de 2011 en este diario. En ella, don Gabino recordaba la estrategia que utilizó su pelotón para conseguir la rendición de los bolivianos y la consecuente victoria el 29 de setiembre de 1932.
“Comenzamos a rodear a los bolivianos hasta dejarlos dentro de un corralón. Así entregaron sus armas, dieron la voz de rendición, y listo”, apuntó y dijo que el momento de victoria le causó enorme alegría y que el festejo no se hizo esperar en las filas paraguayas.
“El triunfo la che gustavéva. Jajopypaite, Boquerón guive romuña chupekuérape Charagua peve (el triunfo fue lo que más me gustó, apretamos a los bolivianos y les obligamos a retroceder desde Boquerón hasta Charagua)”, sostuvo.
En otro momento, resaltó que la victoria de la Batalla de Boquerón tuvo un efecto extraordinario en las tropas y el pueblo paraguayo, sobre todo en el aspecto moral, para la victoria final de la guerra de tres años desatada contra Bolivia, de 1932 a 1935 en defensa del Chaco Boreal.
“Veinte días de intensa lucha tuvimos en la Batalla de Boquerón para recuperar nuestro fortín de manos de los bolivianos. Era el 9 de setiembre de 1932. Rodeamos a los ‘bolí’ para no recibir víveres, municiones ni agua dentro del fortín. No dormíamos a la noche. Patrullábamos permanentemente para resguardar la artillería que estaba llena de municiones”, nos dijo don Gabino, quien formaba parte de la Artillería Nº 2 General Roa en Boquerón.
Añadió con lágrimas de emoción que los bolivianos pensaron que como ya tomaron Boquerón con unos mil hombres ya la guerra la ganarían porque les sería fácil llegar a Asunción. Además, tenían un campo abierto atrincherado con postes, tacuara y alambre de púa para que los paraguayos no se acerquen al fortín Boquerón. Pero le demostramos lo contrario. La estrategia envolvente tipo ‘corralito’ que realizamos para acorralar al enemigo, ordenada por el comandante José Félix Estigarribia, fue fundamental para ganar la batalla”, afirmó el excombatiente Gabino Ayala.
“Disfrutábamos mucho cuando el avión boliviano venía a tirar desde la altura el portiju (alimentos) para sus soldados y nosotros nos apoderábamos de gran parte de la comida. Era el mejor trofeo del mundo para nosotros y festejábamos el acontecimiento con chistes y cantos. Eso sí, después de cada comida, la sed era mayor porque teníamos poca agua. A la noche hacía frío, pero de día hacia mucho calor en el Chaco Boreal”, relató don Gabino, quien tiene dos hijos que van de tanto en tanto a visitarle en el Cuartel.
Agregó que el 29 de setiembre de 1932, 20 días después de la estrategia envolvente del Ejército paraguayo, los bolivianos se rindieron por falta de municiones.
“Tanto festejamos esa noche con guitarreada y música paraguaya. Algunos camaradas se ataban el mosquitero en la cintura para semejar que eran mujeres para divertirnos más. Contamos chistes y nos relajamos toda la noche, porque al día siguiente debíamos romper filas, abandonar nuestros puestos en el campo de batalla para dirigirnos en las diferentes direcciones de acuerdo al plan de acción”, recordó el héroe viviente de la Batalla de Boquerón.
Ayala sostiene que puede volver a ocurrir otra guerra para defender la soberanía paraguaya. “Esta vez no contra los bolivianos, sino contra otros países que quieren apoderarse de nuestro petróleo, el gas natural y la gran reserva de agua dulce que se tiene en el Chaco paraguayo.
Respecto a la realidad nacional manifestó que ha terminado la tranquilidad en nuestro país.
“Es triste que haya tanto robo, asalto y violación, habiendo muchas personas inteligentes y capaces de dirigir las instituciones encargadas de la seguridad del pueblo”, sentenció don Gabino, quien estuvo hasta el 25 de mayo de 1935 en la Guerra del Chaco. Cumplió un destacado rol no solamente en la Batalla de Boquerón, sino también en Cañada El Carmen, Platanillo, Fortín Arce y Charagua.
Don Gabino Ayala, vive desde 1975 en el Cuartel de la Victoria, institución creada en 1940 para la atención de los excombatientes.
El cuartel está ubicado en Reducto, San Lorenzo, a 20 km de Asunción donde solo cuatro excombatientes de la Guerra del Chaco quedan con vida. Pese a su avanzada edad les encanta recibir visitas, pero nuestros héroes lamentan que la mayoría de la gente solo les visite dos veces al año, en la semana del 12 junio (firma del Tratado de Paz) y el 29 de setiembre (Batalla de Boquerón).
Andrés Benítez de 100 años, Porfirio Martínez de 96 años, y Arsenio Benítez esperarán hoy la visita de la ciudadanía.
Programa
Hoy a las 10:00 se oficiará una misa de acción de gracias en la capilla San Miguel Arcángel, del Cuartel de la Victoria. Luego se hará un acto protocolar de recordación por los 81 años de la Batalla de Boquerón, en el mismo lugar.
Cada vez son menos los excombatientes de la Guerra del Chaco que están con vida. Según informe del Ministerio de Hacienda, cobran 865 veteranos G. 3.444.012 mensuales. De este monto total, G. 1.530.672 en concepto de pensión y G. 1.913.340 en concepto de subsidio.