Trabajadoras domésticas siguen siendo marginadas por la ley

Paraguay fue sede del encuentro de trabajadoras domésticas de Uruguay, Brasil y Paraguay. Las líderes de la región consensuaron una agenda común para seguir adelante en la defensa de sus derechos. Realizaron ayer una manifestación frente al Congreso Nacional, en coincidencia con la ceremonia de juramento en la Cámara de Senadores, exigiendo el fin de la discriminación legal.

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El trabajo doméstico es la puerta de entrada de muchas mujeres al mercado de empleo. En Paraguay llega a ocupar una de cada 5 mujeres. En América Latina la regulación legal del trabajo doméstico establece –en la generalidad de los casos– estándares más desfavorables para el sector en relación al resto de los trabajadores, aún a pesar del peso estadístico que esta ocupación tiene en la región, ya que es el empleo uniforme que más mano de obra femenina ocupa.

Las líderes regionales dieron más detalles acerca de la situación de las trabajadoras domésticas en la región.

Selva Benítez, del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas de Uruguay (SUTD), dijo que en el 2006 el Parlamento aprobó una ley que las protege. “Desde ese momento, las trabajadoras domésticas tenemos un marco jurídico para poder protegernos y reivindicar nuestros derechos. Sin embargo, todavía tenemos dificultades, sobre todo en la aplicación de la ley.”

Creuza María de Oliveira, presidenta de la Federación Nacional de las Trabajadoras Domésticas (Fenatrad), de Brasil, se refirió a la lucha por la defensa de los derechos de las 6 millones de trabajadoras domésticas que, se calcula, hay en Brasil.

“Ya hemos conseguido avances importantes en nuestros derechos: salario mínimo por ley, derecho a domingos y feriados, y permiso por maternidad, pero aún hay mucho por hacer para garantizar el cumplimiento de la ley y para abordar la violencia que sufren las trabajadoras domésticas en las casas”.

Librada Maciel, del Sindicato de Trabajadoras Domésticas de Itapúa, explicó las dificultades de organización de las trabajadoras domésticas por la naturaleza misma del trabajo que las mantiene en ámbitos privados. “Comenzamos a organizarnos hace 3 años. En el 2010, por primera vez conocimos nuestros derechos. Todavía nos falta llegar a las compañeras del departamento porque es grande y hay muchas compañeras que todavía no saben que existimos. Nuestra principal meta ahora es expandirnos.”

Marciana Santander, presidenta de la Asociación de Empleadas del Servicio Doméstico de Paraguay, por último, dio a conocer las principales reivindicaciones de las trabajadoras domésticas del Paraguay.
“Nuestro sector está marginado por ley, por eso exigimos la reforma del Código Laboral y la aplicación de los convenios internacionales que nos protegen”, expresó.

Las actividades fueron realizadas con apoyo del Centro de Documentación y Estudios, la organización brasileña SOS Corpo Instituto Feminista para a Democracia y la Articulación Feminista Marcosur, y cooperación de ONU Mujeres y el Fondo Holandés para el Liderazgo y las Oportunidades de las Mujeres (FLOW).

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