Sobrevivir a la crecida

Matar ilegalmente a una boa, ir a la despensa en bote o dormir en una cama que está flotando, son experiencias “normales” para los niños en zonas inundadas. Más de 600 familias afectadas por la crecida del río sienten las consecuencias de vivir en terrenos irregulares.

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La basura es el piso en el barrio San Juan. Las bolsas de residuos hacen el terreno irregular. Entre el mal olor y los desechos de todo tipo, siete niños aparecen corriendo visiblemente animados trayendo una kuriju (boa en castellano) medio muerta. Uno de ellos procede con un cuchillo y los demás la atajan; miran emocionados, riéndose, entre inocencia y maldad. En la escena no aparece ningún adulto que los controle, nadie que sepa que matar a una boa es un delito, según la Ley 96/92 De Vida Silvestre.

Este tipo de experiencias se han vuelto “normal” para cientos de niños que forman parte de las 600 familias afectadas hasta ahora en Asunción por la crecida del río que ayer llegó a 5,1 m, a 4 cm del nivel crítico.

“Hay muchas kuriju, salen por las noches, pero la gente no les tiene miedo”, cuenta el poblador Ramón Hernán, quien explica que los animales entran a las casas y aparecen en las salas o debajo de las camas. A solo metros de él dos niñas de corta edad atrapaban un cangrejo de color rojo. Respondieron –entre risas– que sería la cena. 

“Algunas son embarazadas, otros tienen discapacidad o alguna enfermedad”, comentó Maribel Escobar, operativa auxiliar de la Comuna, sobre las personas afectadas por las inundaciones. Esta se hallaba ayer con el equipo llevando terciadas, mudando muebles y registrando todo.

Dijo que lo más difícil es mudar a las familias conformadas por una mamá soltera e hijos, ya que no se tiene apoyo a la hora de la mudanza.

Refugios

Unos 40 refugios han sido habilitados hasta el momento, según Víctor Hugo Julio, director municipal de Riesgos. Estos están en terrenos privados y públicos. También se los ha trasladado a espacios como plazas, lo que ha generado críticas. Anunció que la próxima semana actuaría la Secretaría de Emergencia Nacional. 

En el Bañado Sur, hay 117 familias trasladadas; en el Bañado Norte, 371; y en la Chacarita 117.

Resistencia

En Varadero, la situación es similar, pero las casas son de ladrillo y cemento, alcanzando hasta tres pisos en algunos casos. Las familias se resisten a dejar sus casas. Con calma, aceptan la llegada del agua, estacionan sus vehículos cuadras arriba y alistan sus canoas o lanchas.

Ayer, una niña salió del almacén con una bolsita de lo comprado, caminó unos metros y luego se subió a su canoa. De forma natural remó cruzando las aguas (debajo de ellas estaba la calle) y llegó a su hogar, cuyo primer piso se encontraba inundado.

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