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LIMPIO (Rocío Portillo, corresponsal).Una carta remitida por el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, a los jóvenes de la Pastoral Juvenil local con respecto al proceso que se le sigue al excura de esta comunidad, Silvestre Olmedo, generó nuevamente indignación en la comunidad, y en especial a la víctima del cura, Alexadra Torres. La misiva, en la que el actual presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya pide que no “se convierta una “piedrita en una montaña” en alusión a la denuncia contra Olmedo, sacó a luz que el sacerdote ya fue imputado en diciembre pasado y actualmente está con medidas alternativas a la prisión.
El religioso está procesado bajo el cargo de hecho punible contra la autonomía sexual, coacción sexual y violación, con medidas alternativas a la prisión.
Según el acta de imputación Nº 96, el religioso Olmedo debe guardar prisión domiciliaria y debe firmar cada mes el libro habilitado para el efecto en la fiscalía zonal. Además, tiene prohibido salir del país y soporta una caución real o personal.
Según la carta que Valenzuela remitió a los jóvenes, el sacerdote en falta recibió orientaciones “según los criterios de la vida presbiterial. El mismo (Olmedo) los aceptó y se dispuso a reparar el daño moral, mediante los ejercicios espirituales y una vida austera, durante todo el periodo de investigación canónica”.
Luego de que el comunicado llegara a los jóvenes, la denunciante dijo a este medio sentirse indignada ante el llamado de atención que más que reprochar este tipo de actos, insta a que los mismos sean acallados. “Ellos tratan de mejorar la situación para los fieles fanáticos, pero a nosotros los jóvenes, que estamos medio tambaleantes en la Iglesia, no nos convence su comunicado”, indicó.
Según dijo, en prosecución al proceso de acoso, la segunda parte del test victimológico se llevará a cabo el próximo 7 de marzo, a las 9:30. La primera se realizó el pasado 16 de diciembre. Luego de esta diligencia, se llamaría a declarar al supuesto autor, quien ya fue imputado.
Antecedentes
Alexandra Torres (20) denunció en principio que Olmedo le manifestaba su interés con palabras y que después, el 21 de setiembre de 2016, pasó al manoseo en la espalda y el pecho. Eso fue lo que la motivó a presentar la denuncia. De acuerdo a la joven, el sacerdote aprovechó una tarde que ella se encontraba sola en la secretaría parroquial para intensificar el acoso y manosearla.