Cargando...
El sacerdote Ibáñez fue detenido en Paraguay en 1997 por la Interpol. Según su expediente, fue acusado de haber mantenido “relaciones homosexuales con varios menores, algunos de los cuales se habrían contagiado de sífilis”. Los hechos se registraron en la diócesis de Villa María, Córdoba. Vino al Paraguay con una identidad falsa hasta que fue capturado por la policía internacional. La justicia, en cambio, rechazó su extradición “por defecto de forma”.
El arzobispo Valenzuela recuerda que el padre Ibáñez ha sido suspendido “a divinis” (de todo ejercicio sacerdotal), por su entonces obispo monseñor Alfredo Guillermo Disandro, por delitos graves contra menores, invitándolo a que se preste a las investigaciones. Sin embargo, vino al Paraguay, cayó preso y fue remitido a Tacumbú y luego sobreseído al no poder ser extraditado a Argentina.
Según el comunicado de monseñor Valenzuela, a su salida de la cárcel, falsificó documentos eclesiales y civiles. “Engañó al clero y a los feligreses haciéndose pasar por verdadero sacerdote. Muchos lo conocían, pero ignoraban su suspensión canónica y sus antecedentes. Debido a la buena fe de algunos sacerdotes lo han invitado para celebraciones sacramentales en diversos lugares”, señala el comunicado.
Ante esta situación, fue convocado el pasado 23 de marzo y luego de comprobarse sus antecedentes se le ha repetido la suspensión prohibiéndole ejercer el ministerio sacerdotal.
Finalmente, Valenzuela pide a quienes han recibido del mismo bautismo y matrimonio que se acerquen a sus parroquias para buscar una solución canónica.