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José Luis Jiménez, Jorge Ayala, Emile Candia, Sebastián Peralta, Constanza Larreinegabe, Rodrigo Díaz y Eduardo Bernal son los siete jóvenes paraguayos que viajarán a Chile, para participar de la competencia de la “First Lego League”, que se inicia el 26 de noviembre.
El desafío planteado este año tiene como tema central los animales y su relación con los humanos.
En la competencia con el “juego del robot”, los niños tendrán que solucionar 15 misiones en menos de tres minutos.
Liú Ficorilli Gómez es una de las entrenadoras del equipo nacional. Comentó que “en la pista hay varios obstáculos como también animales y la pieza fundamental, que es el robot, que está súper equipado con sensores de colores, luces y sonidos. Uno de los varios desafíos que se debe sortear es, por ejemplo, hacer cruzar la carretera a un hombre ciego que está acompañado de su perro. El animal se debe sentar cuando pasan los vehículos y pararse y guiar a su dueño cuando este debe avanzar. Todo coordinadamente”.
Otro de los desafíos, que detallaron los jóvenes será el de ayudar a un chancho que se encuentra en la pista porque el animal es inválido. El robot debe ir a ayudarlo para trasladarlo hasta donde están los “doctores humanos” que le deberán colocar una prótesis, en pocos segundos. Luego, el robot, nuevamente deberá llevarlo hasta el mismo sitio de donde lo recogió. Pero, en el trayecto deberá sortear varios obstáculos.
También el robot tendrá la misión de ayudar a un panda y deberá colaborar en el ordeñe de vacas en un tambo, entre otros tantos desafíos.
Proyecto científico
Durante la competencia, los participantes también deberán defender un proyecto científico, donde aporten soluciones a un problema que ellos encuentren en la interacción entre humanos y animales, que en el caso de nuestros representantes será el murciélago.
Los jóvenes destacaron de que a pesar de que se les considera una plaga, los murciélagos también aportan beneficios.
Por ejemplo, comen mosquitos y con eso ayudan a disminuir la cantidad de Aedes aegypti, que proliferan en el país y que cuya picadura puede llegar a ser mortal. El ser humano, a cambio, puede crearle un espacio en donde le garantice la supervivencia de su especie y se benefician ambos.