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“Hay poca socialización y muy poca información para los padres y la comunidad de lo que está sucediendo”, sostuvo Monges.
El Ministerio de Educación y Cultura (MEC) debió como mínimo realizar una audiencia pública para informar sobre los cambios para que los padres estén tranquilos, opinó. “Nuestros hijos son los que van a ser o beneficiados o perjudicados por estos cambios... Los cambios bruscos, sin que la ciudadanía esté al tanto, no son aceptables”, agregó.
Monges se refiere a la Resolución 681, que fue emitida a finales de enero, a tan solo tres semanas del inicio de clases, con la cual se reestructura la malla curricular del Bachillerato Científico.
Si bien la resolución no modifica las materias mismas –con la excepción de dos materias nuevas– esta significa una redistribución de los horarios que afectará principalmente a los estudiantes del tercer curso de la secundaria.
Por ejemplo, los alumnos del Bachillerato Científico con énfasis en ciencias sociales culminarán la secundaria sin cursar las siete horas cátedra requeridas de la materia de Ciencias Naturales y Salud.
Directores de colegios públicos y privados aseguraron no tener objeciones con el contenido de la malla ni la nueva distribución de los horarios, pero sí cuestionaron la implementación.
En una nota a la ministra de Educación, Marta Lafuente, solicitaron que los cambios se lleven a cabo de manera paulatina, a manera de minimizar posibles efectos negativos.
El último cambio en la malla curricular del Bachillerato se resolvió a finales del 2009. Sin embargo, como fue introducido de manera gradual, empezando por el primer curso, la modificación fue implementada por completo recién en 2012.