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En la tradición cristiana, la Nochebuena es de la dulce espera. Es un momento sublime que reúne a las familias para compartir la cena y esperar el nacimiento del Niño Dios, para intercambiar abrazos y deseos de prosperidad. En las horas previas, cuando el ruido acalle y la tarde empiece a dar paso a la oscuridad, el pesebre que escenifica el nacimiento de Jesús será el centro de atracción y el motivo de la reunión de las familias paraguayas.
Hoy las distancias se acortan. Algunos ayer ya “rumbearon” hacia los pueblos que los vieron nacer. La meta es estar frente al pesebre, aquella escena que cuando éramos niños armábamos con tanta emoción e imaginación con papá, mamá, abuela o abuelo.
Hoy es Nochebuena de la dulce espera y de la fragancia de la flor de coco, que con el ka’avove’i, la flor de caraguatá, estarán adornando como nunca al Niño Dios moldeado en el barro, y en torno a su majestuosa figura, estarán igualmente los demás protagonistas principales, como la Virgen María y San José y completando la escena, el pastor con su rebaño de ovejas, el burrito, la vaquita y los tres reyes magos, que según los relatos bíblicos, velaron y dieron calor en aquella fría noche en que Jesús vino al mundo.
Armar el pesebre es una tradición que se transmite de generación en generación. Los que dirigen son abuela y abuelo o papá o mamá. Son quienes les dan el toque de distinción. La ubicación de las piezas se realiza bajo la atenta mirada de los niños y los mayores explican por qué se arma una escena tan sensible. Algunas abuelas suelen hacer formar fila a los niños para que cada uno bese la imagen del Niño antes de su entronización.
Por eso, Nochebuena y Navidad son fiestas de los niños y no es para menos, porque a quien se rinde culto en estos días es justamente a un Niño.
La vigilia de la Navidad tiene sus grandes momentos, como los arreglos finales, la preparación de los alimentos y finalmente la hora del encuentro. En el interior, por ejemplo, en horas de la mañana todo se desarrolla alrededor del tatakua, porque allí se cocinarán el lechón, la gallina casera, el pescado o el cordero y la infaltable sopa paraguaya. Otros recurren a los preparados para ahorrarse el trabajo.
Misa del gallo
Hoy se acostumbra participar de la misa del gallo. Se la denomina así porque en la tradición se menciona que fue un gallo el primero que cantó el nacimiento del Niño Dios.
Anteriormente, se oficiaba cerca de la medianoche, pero luego se dispuso que las parroquias la adapten a la feligresía, para luego de la celebración ir al hogar y compartir la mesa.
En la liturgia de hoy se hablará de “la luz que brilló al pueblo que caminaba en tinieblas”.
Algunos compatriotas, por motivos económicos, hoy no compartirán la mesa, pero su recuerdo estará en la reunión familiar. También se recordará a aquellos que ya pasaron a otra vida mejor.
La Nochebuena de la dulce espera será igualmente un momento para rezar por nuestro país y que no falten el trabajo y la salud.
En la Catedral
La víspera de la Navidad se recordará hoy durante una misa a las 22:00 en la Catedral Metropolitana. La celebración estará presidida por el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela. Otros horarios ver en infografía. Mañana, la misa de Navidad será a las 11:00 en el mismo lugar.