Cargando...
La Ley 3556/08, que regula la pesca, la acuicultura y las actividades conexas a las mismas, busca proteger la biodiversidad íctica y los procesos ecológicos, asegurando un ambiente acuático sano y seguro así como promover y proseguir acciones conjuntas con los países limítrofes, explicó ayer el Abog. Hugo Enrique Cañiza, asesor jurídico del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades).
Agregó que los infractores a las normas establecidas por la ley mencionada, independientemente de las sanciones penales correspondientes previstas, serán pasibles de las siguientes sanciones administrativas: multa, decomiso de los productos de pesca y embargo temporal o incautación de las embarcaciones.
“Las multas, previstas en el Decreto 2598/14, oscilan para el caso de la pesca en época de veda entre 3.001 a 10.000 jornales mínimos, es decir, entre G. 243.837.252 y G. 812.520.000. Esto, independientemente a responsabilidades penales en virtud de la Ley 716/96, de delitos ecológicos, que prevén sanciones de hasta 5 años de cárcel”, dijo.
Veda más larga del país
FUERTE OLIMPO. Dpto. de Alto Paraguay (Carlos Almirón, corresponsal). Desde este domingo se inicia la veda pesquera en esta zona de aguas compartidas con el Brasil.
La restricción irá por el término de tres meses y recién se podrá volver a realizar esta actividad a partir del 1 de febrero del 2019.
La prohibición de pesca comercial afecta a numerosas personas que viven en las comunidades ribereñas de ambos países, en especial al sector del turismo, del cual dependen varias familias.
Las varias embarcaciones que se dedican a transportar turistas por las aguas del río en la región del Gran Pantanal deberán parar sus actividades en todo este tiempo, por lo que los tripulantes estarán afectados por la falta de trabajo durante 90 días.
De este rubro, denominado industria sin chimeneas, también dependen los buscadores de carnadas y comerciantes de las localidades donde suelen atracar los barcos de turistas.
La veda también afectará a los pescadores habituales, que en su gran mayoría son familias indígenas.
Sin embargo, esta prohibición es de suma prioridad a fin de proteger la fauna íctica de la zona, atendiendo a que en esta temporada los peces se reproducen en un gran porcentaje en la región del pantanal, naciente del río Paraguay.
Precisamente, debido a la falta de control eficiente últimamente se puede observar una enorme disminución de peces en la zona.