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“En cuanto a infraestructura, tuvimos dificultades. Un promedio de ejecución del 30%, que en algunos casos es 60 y otros 5 por ciento. ¿Por qué? Porque hubo serios problemas de fiscalización”, manifestó el Ministro Eduardo Petta.
Explicó que se hicieron 956 obras, que son intervenciones en colegios, y esas tareas implicaban mejoramiento de las condiciones del aula, así como de infraestructura en general.
“Ahí había una inversión aproximada de 73 millones de dólares en construcciones, más una inversión de fiscalización de más o menos 4 millones de dólares”, resaltó.
“¿Qué pasó? Se tenían que entregar las obras en agosto de 2018, tenían que inaugurarse todas. Sin embargo, cuando asumimos, nos encontramos con problemas de los fiscalizadores y problema de las constructoras”, manifestó.
Comentó que había un contrato de los fiscalizadores con vencimiento mensual, y al vencer su tiempo de fiscalización querían incrementar los montos de los contratos con una adenda del 20%. “Cuando miramos el contrato, vimos una irregularidad grande. Cuando uno es constructor, va entregando su obra; eso se va certificando, con base en esa certificación se va pagando a la empresa constructora. Para que haya la certificación, la empresa fiscalizadora tiene que hacer su trabajo”, indicó.
“Todavía no habían empezado las obras, pasaron cuatro meses, y las fiscalizadoras ya habían cobrado todo, sin haber todavía nada que fiscalizar. Imagínese: son 73 millones de dólares en obras y 4 millones de dólares en fiscalización”, expresó.
Cuando se les dijo que todavía no habían terminado las obras y que faltaba fiscalizar, ahí pidieron la adenda y querían 800.000 dólares más. “Fuimos a Contrataciones Públicas, y ahí nos dijeron que no habían cumplido, y que tienen que cumplir. Tuvimos varias reuniones; algunas empresas cedieron, se abrieron sumarios administrativos, y estas empresas se exponen incluso a fuertes sanciones”, resaltó Petta.
Añadió que todo esto hizo que se retrasen sobremanera las obras y se llegue al final del año a apenas un 30% de ejecución de las obras en promedio, lo cual es bajísimo, más aun teniendo en cuenta el de por sí ya bajo nivel de infraestructura que tiene el país en Educación.
El secretario de Estado indicó que también la baja utilización de préstamos no reembolsables es un indicador de la falta de gestión que tenía el MEC. “Hoy tenemos un préstamo de la Unión Europea de 46 millones de dólares, y no pudimos gastar, y nos preguntan qué pasa. Aquí tenemos más recursos todavía para Educación, y no podemos gastar por la burocracia”, enfatizó.
El “sheriff” del MEC
Eduardo Petta comenzó su gestión como ministro con el pie izquierdo y le valió el mote de “sheriff”, el policía del MEC que desconfía hasta de su sombra, propiciando un ambiente parecido a la cacería de brujas según sus detractores.
Esta situación motivó bochornosos enfrentamientos con sus viceministros; primero con Herminio Lobos, por los viáticos fantasmas, y luego con Nancy Ovelar por supuestas irregularidades en adjudicación de obras que involucran al esposo de Ovelar. El enfrentamiento forzó la salida de Ovelar. Lo de sheriff también se extrapoló a los colegios donde mandó perros policías en busca de drogas.