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Condena ejemplar de los galenos responsables de la muerte de su hija, pide Olga Torres de Fernández (44), la madre de Andrea Fernández, de 17 años, quien falleció por dengue hemorrágico. Según documento de la Fiscalía Forense, fue por falta de atención en un conocido sanatorio. Olga Torres se dedica actualmente a realizar campañas de prevención a través de la Asociación de Víctimas del Dengue, que preside. Sugiere intensificar la limpieza de las casas después de cada lluvia.
El próximo 21 de diciembre se realiza el juicio oral y público del caso de Andrea Fernández. Su madre, Olga Torres, pide a los jueces la celeridad del caso y que se le dé una condena ejemplar a los médicos Domingo Argüello, Roberto Cino y Edgar López, por la negligencia y el trato inhumano que le dieron a su hija.
"Los médicos deberían ser garantes de la vida humana, según el juramento hipocrático que hicieron al recibirse. Ellos decían que Andrea estaba llamando la atención, que hacía un circo. Y no le pusieron suero hasta último momento", manifestó.
Relato de los hechos
Olga Torres de Fernández relata la triste realidad que vivimos en cuanto a la asistencia en salud en el Paraguay.
Y recuerda lo que ocurrió hace tres años, que los síntomas de su hija Andrea comenzó el 9 de enero y el 14 del mismo mes fue el día de mayor crisis. Como sus padres veían que Andrea no mejoraba, volvieron al Sanatorio Ansa, donde fueron atendidos por el Dr. Domingo Argüello.
Según Olga Fernández, el doctor no le dio la suficiente atención a su hija. No tenía ficha médica de sus atenciones anteriores y ordenó se le haga unos análisis de sangre y de orina. Estando en el pasillo, en espera del resultado, Andrea volvió a decir que se sentía muy mal y que se quería acostar. Estaba sin suero. Luego de casi una hora, ella empezó a tener temblores y fuertes dolores. Allí, Domingo Martín Fernández, esposo de Olga, le dice al doctor que su hija estaba muy grave.
"Mi esposo le dijo al Dr. Argüello que Andrea tiene dengue y que la fiebre que tiene es muy peligrosa y que cuando él fue afectado casi entró en terapia", recordó la entrevistada y añadió que Argüello le responde que él es el médico, que sabe lo que tiene que hacer y que ya atendió 1.000 casos de dengue y que tenía suficiente experiencia.
"Mi hija en medio de su agonía le dice al padre por favor hacé algo me siento muy mal, me duele demasiado", relató Olga.
Añade que el Dr. Argüello subvaloró el estado de su hija. No le internó, no le medicó, no le puso suero. No le dio la atención que necesitaba. Así, la joven empezó a tener una coloración azulada, en medio de la desesperación los padres de Andrea le gritaron a los médicos y a la enfermera de guardia: "Ponele oxígeno, no está pudiendo respirar, un poco de compresa fría, no había hielo. Recién allí el médico ordena para su internación y ella ya estaba completamente deshidratada a raíz de la alta fiebre", recordó la madre.
Torres Fernández indicó que todo eso ocurrió el 14 de enero, estando en el suelo tendida en el pasillo del sanatorio, el Dr. Edgar López recién le vino a poner el suero cuando ella tuvo su primer descontrol del esfínter. Le toman la temperatura y tenía 42 grados de fiebre y al cabo de un rato se le controló nuevamente y ya tenía una hipotermia.
Según Olga Torres, el mal manejo de los médicos que no tienen ni la más mínima idea de cómo debe tratar a un paciente con dengue, fue la constante en el caso de su hija. Por si todo fuera poco, el Dr. Cino cuando bajó de golpe su temperatura dijo: "Ya pasó todo. Su hija se asustó muy grande, entró en shock por susto. No te preocupes, ella es muy mimada nomás y quiere llamar la atención", y les pidió que salieran de la habitación.
Añade que el 15 de enero, Andrea ya tuvo muerte cerebral. Recién allí le metieron a terapia. "Después de decir que no tenía nada, que no convulsionó, que mi hija solo quería llamar la atención porque es muy mimada, dos días después de ser internada, el 18 de enero me entregaron el cuerpo de mi hija muerta, para enterrarla", sentenció.
Agregó la señora Olga que la mala praxis, la omisión de auxilio, los graves errores que los médicos cometieron son lamentables. Por si todo fuera poco, en una junta médica determinaron que su hija Andrea no tenía dengue y su fallecimiento fue por aneurisma. Por eso después de 6 meses de la muerte de Andrea Fernández decidieron hacer justicia. Presentaron una denuncia a la Fiscalía a personas innominadas por homicidio culposo y omisión de auxilio.
El dolor sigue
La madre dijo que a tres años del fallecimiento de su hija, la herida no cierra.
"Los padres no estamos preparados para enterrar a nuestros hijos y además del dolor que nos quedó de la pérdida, la impotencia de no poder hacer nada ante la agonía de tu hija. Yo sabía que era algo grave lo que tenía Andrea, pero confiamos en los médicos equivocados", dijo.
Añadió que hay un Dios en el cielo, que es la justicia divina. Por eso han perdonado el trato inhumano que le dieron a su hija los mencionados médicos que afirmaban que eran especialistas y sabían lo que hacían.
"Queremos que ellos se presenten a la justicia, que no recurran más a chicanas jurídicas y que vayan a explicar por qué hicieron omisión de auxilio. Porque lo que tenía mi hija era un cuadro muy grave. Sin embargo, ante tanta insistencia nos respondió. Ustedes no me van a decir qué hacer. Ya atendí más de 1.000 casos de dengue", significó.
Prevención
Olga de Fernández actualmente preside la Asociación de Víctimas del Dengue. Se dedica a hacer prevención del dengue. El objetivo es educar a las personas y a la ciudadanía para mantener limpia sus casas, manteniendo sus enseres domésticos dentro de la casa sin acumulación de agua, dar a conocer los derechos que todos los paraguayos tienen y que es el acceso a la salud de calidad.
Olga está trabajando también en los colegios desde el jardín hasta el bachillerato. La asociación funciona en el Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa). Ellos llevan la parte del video en varios colegios de Asunción.
Resaltó la señora de Fernández la necesidad de combatir las larvas del mosquito transmisor del dengue, así como la importancia de focalizar la campaña en tareas específicas para combatir el mal.
Instó a la ciudadanía en general que no bajen la guardia y que sigan limpiando sus casas de posibles criaderos de aedes aegypti e intensificar después de cada lluvia.
Pide justicia
Sostiene la señora Olga Torres que sabe que la profesión de médico es una labor muy loable. Es un apostolado si es por vocación. "Conozco excelentes médicos, pero hay doctores como Cino, Argüello y López que no pueden ejercer la profesión por ser negligentes, incapaces y por falta de sensibilidad humana", lamentó.
Resaltó que su lucha es en nombre de todas esas personas que han perdido a sus seres queridos a causa de una negligencia médica y que por alguna razón no han llevado su caso a los estrados judiciales. Desea que el caso de Andrea siente un precedente para que los doctores negligentes piensen de que ellos son garantes que están tratando con vidas humanas y que detrás hay una familia que sufre por el daño irreparable.
Andrea Fernández de 17 años falleció por dengue hemorrágico, según documento de la Fiscalía Forense, y no de aneurisma como una junta médica, sostuvo.
"Confío en la Justicia y pido a los jueces la celeridad del caso. Hoy me tocó a mí, mañana le puede ocurrir a otra persona", concluyó.
El próximo 21 de diciembre se realiza el juicio oral y público del caso de Andrea Fernández. Su madre, Olga Torres, pide a los jueces la celeridad del caso y que se le dé una condena ejemplar a los médicos Domingo Argüello, Roberto Cino y Edgar López, por la negligencia y el trato inhumano que le dieron a su hija.
"Los médicos deberían ser garantes de la vida humana, según el juramento hipocrático que hicieron al recibirse. Ellos decían que Andrea estaba llamando la atención, que hacía un circo. Y no le pusieron suero hasta último momento", manifestó.
Relato de los hechos
Olga Torres de Fernández relata la triste realidad que vivimos en cuanto a la asistencia en salud en el Paraguay.
Y recuerda lo que ocurrió hace tres años, que los síntomas de su hija Andrea comenzó el 9 de enero y el 14 del mismo mes fue el día de mayor crisis. Como sus padres veían que Andrea no mejoraba, volvieron al Sanatorio Ansa, donde fueron atendidos por el Dr. Domingo Argüello.
Según Olga Fernández, el doctor no le dio la suficiente atención a su hija. No tenía ficha médica de sus atenciones anteriores y ordenó se le haga unos análisis de sangre y de orina. Estando en el pasillo, en espera del resultado, Andrea volvió a decir que se sentía muy mal y que se quería acostar. Estaba sin suero. Luego de casi una hora, ella empezó a tener temblores y fuertes dolores. Allí, Domingo Martín Fernández, esposo de Olga, le dice al doctor que su hija estaba muy grave.
"Mi esposo le dijo al Dr. Argüello que Andrea tiene dengue y que la fiebre que tiene es muy peligrosa y que cuando él fue afectado casi entró en terapia", recordó la entrevistada y añadió que Argüello le responde que él es el médico, que sabe lo que tiene que hacer y que ya atendió 1.000 casos de dengue y que tenía suficiente experiencia.
"Mi hija en medio de su agonía le dice al padre por favor hacé algo me siento muy mal, me duele demasiado", relató Olga.
Añade que el Dr. Argüello subvaloró el estado de su hija. No le internó, no le medicó, no le puso suero. No le dio la atención que necesitaba. Así, la joven empezó a tener una coloración azulada, en medio de la desesperación los padres de Andrea le gritaron a los médicos y a la enfermera de guardia: "Ponele oxígeno, no está pudiendo respirar, un poco de compresa fría, no había hielo. Recién allí el médico ordena para su internación y ella ya estaba completamente deshidratada a raíz de la alta fiebre", recordó la madre.
Torres Fernández indicó que todo eso ocurrió el 14 de enero, estando en el suelo tendida en el pasillo del sanatorio, el Dr. Edgar López recién le vino a poner el suero cuando ella tuvo su primer descontrol del esfínter. Le toman la temperatura y tenía 42 grados de fiebre y al cabo de un rato se le controló nuevamente y ya tenía una hipotermia.
Según Olga Torres, el mal manejo de los médicos que no tienen ni la más mínima idea de cómo debe tratar a un paciente con dengue, fue la constante en el caso de su hija. Por si todo fuera poco, el Dr. Cino cuando bajó de golpe su temperatura dijo: "Ya pasó todo. Su hija se asustó muy grande, entró en shock por susto. No te preocupes, ella es muy mimada nomás y quiere llamar la atención", y les pidió que salieran de la habitación.
Añade que el 15 de enero, Andrea ya tuvo muerte cerebral. Recién allí le metieron a terapia. "Después de decir que no tenía nada, que no convulsionó, que mi hija solo quería llamar la atención porque es muy mimada, dos días después de ser internada, el 18 de enero me entregaron el cuerpo de mi hija muerta, para enterrarla", sentenció.
Agregó la señora Olga que la mala praxis, la omisión de auxilio, los graves errores que los médicos cometieron son lamentables. Por si todo fuera poco, en una junta médica determinaron que su hija Andrea no tenía dengue y su fallecimiento fue por aneurisma. Por eso después de 6 meses de la muerte de Andrea Fernández decidieron hacer justicia. Presentaron una denuncia a la Fiscalía a personas innominadas por homicidio culposo y omisión de auxilio.
El dolor sigue
La madre dijo que a tres años del fallecimiento de su hija, la herida no cierra.
"Los padres no estamos preparados para enterrar a nuestros hijos y además del dolor que nos quedó de la pérdida, la impotencia de no poder hacer nada ante la agonía de tu hija. Yo sabía que era algo grave lo que tenía Andrea, pero confiamos en los médicos equivocados", dijo.
Añadió que hay un Dios en el cielo, que es la justicia divina. Por eso han perdonado el trato inhumano que le dieron a su hija los mencionados médicos que afirmaban que eran especialistas y sabían lo que hacían.
"Queremos que ellos se presenten a la justicia, que no recurran más a chicanas jurídicas y que vayan a explicar por qué hicieron omisión de auxilio. Porque lo que tenía mi hija era un cuadro muy grave. Sin embargo, ante tanta insistencia nos respondió. Ustedes no me van a decir qué hacer. Ya atendí más de 1.000 casos de dengue", significó.
Prevención
Olga de Fernández actualmente preside la Asociación de Víctimas del Dengue. Se dedica a hacer prevención del dengue. El objetivo es educar a las personas y a la ciudadanía para mantener limpia sus casas, manteniendo sus enseres domésticos dentro de la casa sin acumulación de agua, dar a conocer los derechos que todos los paraguayos tienen y que es el acceso a la salud de calidad.
Olga está trabajando también en los colegios desde el jardín hasta el bachillerato. La asociación funciona en el Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa). Ellos llevan la parte del video en varios colegios de Asunción.
Resaltó la señora de Fernández la necesidad de combatir las larvas del mosquito transmisor del dengue, así como la importancia de focalizar la campaña en tareas específicas para combatir el mal.
Instó a la ciudadanía en general que no bajen la guardia y que sigan limpiando sus casas de posibles criaderos de aedes aegypti e intensificar después de cada lluvia.
Pide justicia
Sostiene la señora Olga Torres que sabe que la profesión de médico es una labor muy loable. Es un apostolado si es por vocación. "Conozco excelentes médicos, pero hay doctores como Cino, Argüello y López que no pueden ejercer la profesión por ser negligentes, incapaces y por falta de sensibilidad humana", lamentó.
Resaltó que su lucha es en nombre de todas esas personas que han perdido a sus seres queridos a causa de una negligencia médica y que por alguna razón no han llevado su caso a los estrados judiciales. Desea que el caso de Andrea siente un precedente para que los doctores negligentes piensen de que ellos son garantes que están tratando con vidas humanas y que detrás hay una familia que sufre por el daño irreparable.
Andrea Fernández de 17 años falleció por dengue hemorrágico, según documento de la Fiscalía Forense, y no de aneurisma como una junta médica, sostuvo.
"Confío en la Justicia y pido a los jueces la celeridad del caso. Hoy me tocó a mí, mañana le puede ocurrir a otra persona", concluyó.