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Son del barrio San Pedro y participan en el programa PIDE, de prevención ante el consumo de drogas. Van casi a diario al Centro Municipal N° 7 Marangatu, colaboran con sus padres en las comisiones vecinales y afirman que están hartos de las mentiras. "Los políticos prometen, no cumplen, y nos mienten todo", aseveran los entrevistados.
"Nosotros íbamos a hacer una manifestación entre los jóvenes, para que los políticos no se vayan más hacia nuestro barrio, porque prometen y no cumplen. Se van hacia nuestro barrio para las elecciones, siempre prometen cosas, pero no cumplen nunca, y nos quedamos con la esperanza de que iba a ser todo lindo, y ahora no hicieron nada", asevera Edgar Denis Presentado Rodríguez (14), quien acude al programa PIDE Paraguay (Programa Integral de Desarrollo Educativo), emprendido en el Centro Vivo Asunción, en el local del Centro Municipal N° 7, Marangatu, que apunta a prevenir los riesgos del consumo de drogas en niños y adolescentes vulnerables.
Reclama enfáticamente Edgar: "Los políticos se van hacia mi barrio para las elecciones, y siempre prometen cosas, pero no cumplen nunca. Nos prometieron limpiar el lago que está en mi barrio, arreglar la cancha, para salir un poco de la pobreza, limpiar el fondo, los yuyales, y hasta ahora todavía no hicieron nada".
Explica que cada logro obtenido en su lugar de origen es gracias a las comisiones de padres.
Tanto Edgar como Sebastián Gómez Chávez acompañan a sus papás a las reuniones y actividades de las comisiones vecinales. "Todo lo que tenemos ahora es gracias a la comisión de padres. Tenemos una cancha, se hicieron arcos lindos, hay una capilla; mi mamá, mi papá integran la comisión", cuenta Edgar, quien tiene seis hermanos por parte de su madre, y dos de su padre.
"Mi mamá es ama de casa, y papá no sé en qué trabaja", cuenta el niño, quien fue ordenanza en la ANDE, y luego salió por ser menor de edad. Vendió diarios, y ahora limpia parabrisas, acompañado por dos de sus hermanos. Estudia el séptimo grado en la Escuela República de Cuba, mientras aprende en PIDE (desde hace más de un año) informática, fútbol, guitarra, teclado, inglés, bordado en zapatillas, y lo relacionado con el desarrollo personal, y su entorno.
Drogas, nunca
Sebastián Gómez Chávez (14) cursa el cuarto grado en la Escuela República de Cuba, trabajaba, y al igual que su amigo Edgar nunca consumió drogas. Vive con sus dos hermanas, la mamá ama de casa y el padrastro funcionario municipal. Su padre es mecánico, hace años que no vive con él. "Yo me voy a visitarle. Le ayuda a mamá, le envía plata", cuenta.
Los niños entrevistados, acompañados por las licenciadas Diana Brítez y Zulma Mieres, afirman que en el programa PIDE se capacitan, e igualmente encuentran un espacio de recreación. Este se trata de un emprendimiento ejecutado por PREVER (Promoción de la salud) y la fundación de ayuda contra la drogadicción, financiado por el Ministerio de Asuntos exteriores y de Cooperación - AECID. Definen las licenciadas Diana Brítez y Zulma Mieres que PIDE "es un programa integral de desarrollo educativo elaborado por la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción), para la prevención de riesgos psicosociales, principalmente los derivados del consumo de drogas en la población infantil y adolescente en situación de vulnerabilidad. Cuentan que involucra a unos 100 niños, han participado de las actividades unos 300, más lo relativo a unos cursos online para profesionales sanitarios.
"Cómo decir que no"
Acerca de las drogas, Edgar remarca: "Siempre hay uno que es el que consume, y te quiere invitar, pero nosotros no somos de esos. No es que aceptamos; rechazamos lo que se nos invita".
Y especifica: "Sobre la prevención, aprendimos a no consumir drogas, a cómo decir no. Hay gente en la calle que nos ofrece, y nosotros rechazamos. Muchos ofrecen, incluso en el barrio, pasan fumando. Por eso se hizo la práctica de fútbol en nuestra zona, y en otros lugares también, con actividades deportivas".
Lejos de las calles
Ambos entrevistados conocen muy bien la realidad que se vive a diario al trabajar en las calles.
"Ahora que tengo 14 años, hay muchas tareas que puedo realizar, así que si por ahí hay trabajo para mí, con mucho gusto voy a aceptar. Hay cosas que puedo hacer, lejos de la calle", sentencia Edgar, quien hace propio el pedido de muchos niños y niñas de nuestro país: "No queremos trabajar en la calle, ni limpiando parabrisas, ni nada. La gente te dice pirañita, te tiene miedo, y eso a mí no me gusta; no me gusta nada. Ellos piensan que soy lo que no soy".
"Nosotros íbamos a hacer una manifestación entre los jóvenes, para que los políticos no se vayan más hacia nuestro barrio, porque prometen y no cumplen. Se van hacia nuestro barrio para las elecciones, siempre prometen cosas, pero no cumplen nunca, y nos quedamos con la esperanza de que iba a ser todo lindo, y ahora no hicieron nada", asevera Edgar Denis Presentado Rodríguez (14), quien acude al programa PIDE Paraguay (Programa Integral de Desarrollo Educativo), emprendido en el Centro Vivo Asunción, en el local del Centro Municipal N° 7, Marangatu, que apunta a prevenir los riesgos del consumo de drogas en niños y adolescentes vulnerables.
Reclama enfáticamente Edgar: "Los políticos se van hacia mi barrio para las elecciones, y siempre prometen cosas, pero no cumplen nunca. Nos prometieron limpiar el lago que está en mi barrio, arreglar la cancha, para salir un poco de la pobreza, limpiar el fondo, los yuyales, y hasta ahora todavía no hicieron nada".
Explica que cada logro obtenido en su lugar de origen es gracias a las comisiones de padres.
Tanto Edgar como Sebastián Gómez Chávez acompañan a sus papás a las reuniones y actividades de las comisiones vecinales. "Todo lo que tenemos ahora es gracias a la comisión de padres. Tenemos una cancha, se hicieron arcos lindos, hay una capilla; mi mamá, mi papá integran la comisión", cuenta Edgar, quien tiene seis hermanos por parte de su madre, y dos de su padre.
"Mi mamá es ama de casa, y papá no sé en qué trabaja", cuenta el niño, quien fue ordenanza en la ANDE, y luego salió por ser menor de edad. Vendió diarios, y ahora limpia parabrisas, acompañado por dos de sus hermanos. Estudia el séptimo grado en la Escuela República de Cuba, mientras aprende en PIDE (desde hace más de un año) informática, fútbol, guitarra, teclado, inglés, bordado en zapatillas, y lo relacionado con el desarrollo personal, y su entorno.
Drogas, nunca
Sebastián Gómez Chávez (14) cursa el cuarto grado en la Escuela República de Cuba, trabajaba, y al igual que su amigo Edgar nunca consumió drogas. Vive con sus dos hermanas, la mamá ama de casa y el padrastro funcionario municipal. Su padre es mecánico, hace años que no vive con él. "Yo me voy a visitarle. Le ayuda a mamá, le envía plata", cuenta.
Los niños entrevistados, acompañados por las licenciadas Diana Brítez y Zulma Mieres, afirman que en el programa PIDE se capacitan, e igualmente encuentran un espacio de recreación. Este se trata de un emprendimiento ejecutado por PREVER (Promoción de la salud) y la fundación de ayuda contra la drogadicción, financiado por el Ministerio de Asuntos exteriores y de Cooperación - AECID. Definen las licenciadas Diana Brítez y Zulma Mieres que PIDE "es un programa integral de desarrollo educativo elaborado por la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción), para la prevención de riesgos psicosociales, principalmente los derivados del consumo de drogas en la población infantil y adolescente en situación de vulnerabilidad. Cuentan que involucra a unos 100 niños, han participado de las actividades unos 300, más lo relativo a unos cursos online para profesionales sanitarios.
"Cómo decir que no"
Acerca de las drogas, Edgar remarca: "Siempre hay uno que es el que consume, y te quiere invitar, pero nosotros no somos de esos. No es que aceptamos; rechazamos lo que se nos invita".
Y especifica: "Sobre la prevención, aprendimos a no consumir drogas, a cómo decir no. Hay gente en la calle que nos ofrece, y nosotros rechazamos. Muchos ofrecen, incluso en el barrio, pasan fumando. Por eso se hizo la práctica de fútbol en nuestra zona, y en otros lugares también, con actividades deportivas".
Lejos de las calles
Ambos entrevistados conocen muy bien la realidad que se vive a diario al trabajar en las calles.
"Ahora que tengo 14 años, hay muchas tareas que puedo realizar, así que si por ahí hay trabajo para mí, con mucho gusto voy a aceptar. Hay cosas que puedo hacer, lejos de la calle", sentencia Edgar, quien hace propio el pedido de muchos niños y niñas de nuestro país: "No queremos trabajar en la calle, ni limpiando parabrisas, ni nada. La gente te dice pirañita, te tiene miedo, y eso a mí no me gusta; no me gusta nada. Ellos piensan que soy lo que no soy".