Los Oblatos protegen a sacerdotes que habrían abusado de menores

Los sacerdotes Gustavo Ovelar y Francisco Javier Bareiro, denunciados por supuestos casos de abusos de menores y jóvenes entre los años 2011 y 2013, siendo párroco y vicario de Paso Yobái, Guairá, reciben una grosera protección de la Congregación de los Oblatos de María, en cuya fanpage de Facebook aparecen compartiendo fotos grupales.

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La Congregación de los Oblatos de María se llamó ayer a silencio tras las graves denuncias que resurgieron sobre dos de sus miembros, cuando estos se desempeñaban como los encargados espirituales de los fieles de la parroquia de Paso Yobái, departamento de Guairá y jurisdicción eclesiástica de Villarrica del Espíritu Santo.

Según los expedientes judiciales, Ovelar y Bareiro fueron denunciados por casos de abusos de menores y jóvenes. Si bien los religiosos inmediatamente fueron cesados por el obispo diocesano, Mons. Ricardo Valenzuela, porque la denuncia llegó primero a la Fiscalía de Villarrica; la Congregación de los Oblatos de María, antes que separarlos, los habría reincorporado, porque tampoco ha dado a conocer algún comunicado diciendo lo contrario.

El caso de estos religiosos llegó a los estrados judiciales en marzo de 2014. Sin embargo, según fotos de la congregación en Facebook, estos siguen hasta hoy como miembros. Lo que se puede entender es que para aislarlos y evitar el manoseo de los denunciados, fueron trasladados a la capital, embarrando aún más la imagen de la Iglesia, últimamente muy golpeada por los encubrimientos de religiosos abusadores de menores.

En varias fotos de las redes sociales se ve que continúan en contacto con adolescentes.

Fiscales titubeantes

Es llamativa la actuación titubeante de los fiscales de Villarrica para quienes los manoseos a menores no constituyeron abusos. Incluso ahora que los casos han resurgido hasta afirman que pedirán directivas para continuar con las denuncias y se vería la posterior imputación.

Es más grave aún la postura del superior de los religiosos, el padre Francisco Carrillo, quien pese a la insistencia de los periodistas de ABC Color ayer no se hizo encontrar.

La Conferencia de Religiosos del Paraguay (Conferpar), a la cual pertenece la Congregación de los Oblatos, tiene un protocolo para casos de denuncia de abusos, que obliga a la congregación religiosa a nombrar inmediatamente a un vocero que atienda a la prensa, pero ayer aún no se hizo conocer.

Hace poco también la Conferencia Episcopal Paraguaya presentó un protocolo para estos casos, pero tampoco hubo una versión del colegiado para explicar el caso.

En páginas de Facebook de conocidos de los acusados también aparecen fotos donde se ve que los dos sacerdotes siguen ejerciendo su ministerio, pese a que el caso seguía en los estrados judiciales. En su momento, los pobladores de Paso Yobái se mostraron sorprendidos por la actuación de los curas, porque los acompañaban permanentemente. La sorpresa fue mayor cuando de la noche a la mañana desaparecieron de la comunidad al ser llamados para presentarse en la capital del país.

Los Misioneros Oblatos de María son una congregación religiosa, fundada en 1826 por San Eugenio de Mazenod. Su objetivo es dedicarse por entero a la educación de niños y jóvenes.

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