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Muchos derechos postergados, muchas luchas por seguir, espacios conquistados, la pobreza en la que siguen viviendo las mujeres campesinas e indígenas son una cruda realidad a la que las autoridades hacen caso omiso. El hambre, la desolación, la violencia hacia las mujeres, la falta de acceso a la salud, la educación, es lo que nos recuerda este martes 15 de octubre el “Día Internacional de las Mujeres Rurales”. El campo, el campesino sigue siendo un territorio olvidado en el que constantemente los derechos de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos siguen siendo violentados.
Magui Balbuena, dirigente campesina, luchadora por la defensa de los derechos de las mujeres campesinas, es una de las fundadoras de la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri), organización de la que actualmente forma parte, y que el martes 15 cumple 14 años. Habla de la situación empobrecida en la que siguen viviendo las mujeres en el campo.
“Celebramos los 14 años de Conamuri, de experiencias, de luchas y de intervenciones políticas en nuestro país desde el campo hacia la ciudad. Conamuri se identifica como una organización de lucha, de exigencias por los derechos de las mujeres, y se ha insertado en el seno de la sociedad paraguaya, en el campo de la defensa de los derechos humanos, en la defensa del medio ambiente, en el rescate de la semilla, en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, e interviniendo en las políticas públicas para que se nos reconozca, se atienda las necesidades que tienen las mujeres que son inmensas y que siempre han sido postergadas”, manifestó Balbuena.
Alianza “campo & ciudad”
Para la dirigente campesina es muy importante que la ciudadanía tome conciencia de la producción de alimentos de las mujeres rurales. “En la ciudad, las personas sufren mucho más las consecuencias de la falta de alimentos, entonces la sociedad no puede opinar ni elegir qué comer si no hay conocimientos, si no hay información, por eso es tan importante una alianza campo-ciudad, para que la gente que produce en el campo traiga sus productos hacia la ciudad y que la gente que vive en la ciudad valore y conozca el origen de los alimentos, dónde se cultiva, cómo se cultiva, cómo se procede”.
“Las mujeres organizadas producen alimentos para sus familias y también para la sociedad, sería tan interesante que desde el Estado tomen como un aporte importante, y a partir de ahí preocuparse y generar políticas hacia las mujeres del campo para poder mejorar sus condiciones laborales y de vida, y todo lo que representa la inclusión hacia las mujeres para ir mejorando la situación de ellas y la de sus hijos en todos los aspectos”, indicó Magui.
“Sin organización no hay derechos”
Para la dirigente, la organización de las mujeres es importante para poder incidir en los espacios políticos, públicos, en los espacios de poder, para que se reconozcan los derechos de las mujeres. “Hay que entender que sin la organización y alianza entre las mujeres del campo y de la ciudad no podemos reclamar derechos. Es tan importante el rol que debe cumplir las mujeres y que debe ir ampliándose”.
“Falta mucho todavía por hacer y luchar en nuestra sociedad, hay mucha pobreza, negligencia de parte de las autoridades, por más que se han establecido mecanismos y convenios internacionales, no se valora a las mujeres como productoras de alimentos. El Estado no genera mecanismos para el reconocimiento y apoyo de las que producen alimentos para la sociedad, que es lo más importante, porque forman parte de la vida de la gente”.
clopez@abc.com.py