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La nueva legislación “De promoción del buen trato, crianza positiva y de protección a niñas, niños y adolescentes contra el castigo físico o cualquier tipo de violencia como método de corrección o disciplina” tiene por objeto la prohibición de la utilización del castigo físico o todo tipo de trato cruel, degradante y humillante como forma de corrección o disciplina de los menores por parte de la persona responsable de su protección, patria potestad, tutela, guarda, crianza, educación, cuidado o tratamiento.
Esta nueva ley es el resultado positivo de más de cinco intensos esfuerzos de promoción de Save The Children y su organización asociada, Global Infancia.
“La región está haciendo un progreso sustancial en la prohibición del castigo físico y humillante, y esto es un gran logro para los niños en el Paraguay. Cada vez que se consigue una prohibición total, llegamos a un paso de nuestro gran avance: que la violencia contra los niños ya no se tolera”, dice Rocío Valencia, representante regional de protección infantil en América Latina y el Caribe.
Adultos no pueden ejercer violencia hacia los niños y los adolescentes
Uno de los factores clave en el proceso era saber bien el contexto del Paraguay. Global Infancia realizó una gran encuesta que muestra que el castigo corporal se utiliza para disciplinar a los niños en el Paraguay y que es ampliamente aceptado y muchas veces considerado como una “empresa familiar” que no debe ser regulada por la legislación nacional.
Los niños jugaron un papel importante en este proceso al compartir su opinión acerca de la propuesta de ley a través de consultas en todo el país. Para ello, un grupo elegido de los adolescentes incluso acudió al Parlamento para compartir sus propias experiencias y puntos de vista sobre castigo físico.
En una encuesta realizada a madres y padres, promovida por Unicef a través de la empresa First, respondieron en primer y segundo lugar que los adultos pegaban a sus hijos o los insultaban porque de esa forma fueron educados cuando niños (31,3%) y porque se ponían nerviosos y perdían el control (30,4%) Este estudio también refiere que la razón que motiva a este tipo de comportamientos es la necesidad y el deseo de educar y poner límites a los hijos (37,7%) y que el 76,6% de madres y padres cree que es posible educar sin violencia, mientras que un 20,3% no lo cree factible.
“Los más maltratados son los que consideran en mayor medida normal que sus progenitores los golpeen. Esta justificación del maltrato o naturalización de la violencia lleva a la aceptación de esta forma de relacionamiento y a su reproducción. El aprendizaje sobre la paz o sobre la violencia no es un proceso teórico, sino vivencial. Los significados sobre amor, solidaridad, respeto y empatía se aprenden en los vínculos más próximos”, decía BECA ya en el 2010 en un estudio sobre maltrato infantil en el ámbito familiar en nuestro país.
La normativa tuvo como proyectistas a los diputados Fabiola Oviedo (ANR); Olga Ferreira (Independiente-Capital) y Eber Ovelar (ANR-Caaguazú).
La diputada Fabiola Oviedo sostuvo que el niño tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y emocional. “Con este proyecto estaremos cumpliendo con las modificaciones del Comité de los Derechos del Niño y las Naciones Unidas”, comentó.
Violencia y malos tratos
La coordinadora por los Derechos de la Infancia y Adolescencia (CDIA) referente a la violencia indica que el 61% de los niños y adolescentes reportó haber sido víctima de algún tipo de maltrato de sus familiares más cercanos.
El 35% manifestó haber recibido violencia física grave, mientras que el 13% dijo haber sido objeto de violencia física leve y el 13% expresó haber vivido violencia psicológica.
En el Paraguay, 6 de cada 10 niño y adolescentes han recibido algún tipo de maltrato y son castigados principalmente por desobedecer, faltar el respeto y hacer cosas prohibidas.
Asimismo, asegura que los adultos pegan (con ramas, cables, cintos) o les tiran objetos a sus hijos y los insultan emitiendo vocabularios denigrantes.