La alimentación en las escuelas, un gran reto para los padres y los niños

Incentivar la buena alimentación entre los pequeños es un gran desafío para el Gobierno, los padres y estudiantes. El rápido avance de las enfermedades vinculadas a la obesidad hace necesario buscar una buena alimentación que se convierta en un hábito, desde la niñez hasta la adultez.

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Cuando era un niño, a usted probablemente le costaba mucho comer frutas y verduras. Algunos conservaron el mal hábito hasta llegar a adultos. Esta complicada, pero a la vez optimista tarea le cabe ahora a un equipo multidisciplinario del Estado. El es plan de “Cantinas Escolares Saludables”, implementado por el Ministerios de Educación, el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN).

Las enfermedades como la diabetes o la hipertensión afectan cada vez más a las personas jóvenes. Es por eso que el plan de cantinas saludables se impulsa desde hace tres años. Hasta el 2014 hubo 62 escuelas en el área de la capital que implementaban estas cantinas, y para el 2015 se busca sumar a otras 50 instituciones. Es decir que para fines de año podría haber 112 escuelas con ese plan en el Área Metropolitana.

¿Qué las diferencia?

La cantina saludable es una que básicamente cuenta con frutas, verduras, yogures, productos horneados en vez de los fritos y jugos naturales en vez de las gaseosas. ¿Se ha preguntado alguna vez qué comen sus hijos en las escuelas? La mayoría, como los dos pequeños estudiantes, Lucas y Gabriel, con quienes hablamos en la escuela República del Brasil, adonde fuimos a ver cómo funciona el sistema, reconocen que son apasionados de las hamburguesas y las pizzas, y que les cuesta comer frutas y verduras, pero que lo hacen porque saben que es sano.

“La mayoría de nosotros somos padres ausentes, es muy fácil darles plata a los niños para que vayan a comprar lo que quieren y no levantarse temprano para preparar una comida saludable”, dice, por su parte, Perla Pelagia González, técnica de la Dirección de Alimentación del MEC.

Hilda Barreto es una de las cantineras de la escuela República del Brasil. Ella reconoce que por una cuestión de precios es más complicado dar comidas sanas a los chicos, pero que hay que saber convencerlos. “Sí, cuesta más dinero. La fruta es muy cara, más todavía las cosas saludables son bastante caras. A mí me gustaría trabajar con los padres, son los propios padres los que insisten porque les quieren dar papas fritas a sus hijos, por ejemplo”, contó.

Papel de los cantineros

Asunción Vall, directora de la citada escuela, reconoce la importancia de los cantineros a la hora de preparar los alimentos. “La receptividad es buena, los niños comen saludable, solo se venden productos horneados, hay jugos, yogur, frutas”, cuenta la profesional que está encargada de 466 niños desde el preescolar hasta el sexto grado.

También forma parte del plan el Programa Nacional de Diabetes. La Lic. Andrea Ayala, una de las responsables, cuenta que se hacen capacitaciones en todos los frentes: a los padres, cantineros, alumnos y docentes. Es el INAN el que se encarga de los que son la conservación de alimentos.

El plan no es tarea fácil. Que lo diga Michelle Obama, primera dama de los EE.UU., reprochada por miles de alumnos por promover almuerzos sanos. Pero en Paraguay debemos centrarnos en un dato no menor: el 60% de los paraguayos sufre de obesidad, es decir, más de 4.000.000 de personas.

jcalcena@abc.com.py

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