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El proyecto original que había remitido el intendente municipal, Arnaldo Samaniego, establecía que se haría una licitación pública para dar en concesión los servicios de gastronomía, limpieza y seguridad de la franja costera. Se pretendía que, como mínimo, el 25% del plantel de la empresa que ganara la licitación, fuera gente de la zona. Esto no corrió, ya que no se puede condicionar a la empresa en cuanto a manejo de personal.
Los concejales Elvio Segovia y Pepa Kostianovsky abogaron para que las familias de la zona tengan acceso a la Costanera. No estuvieron de acuerdo con que una empresa tome el control de este sector de la ciudad.
Segovia solicitó que se devuelva al intendente Samaniego el proyecto, debido a que no podían tratar el tema a las apuradas, ya que tenía varias lagunas legales y de fondo. El concejal señaló que el Ejecutivo remitió el documento a la Junta después de varios pedidos. Hace tiempo debió tratarse el tema en la plenaria, pero la Intendencia dilató la elaboración del proyecto base.
Apoyaron esta moción los concejales Pepa Kostianovsky, Amado Gill, Gustavo Lird y Rafael Villarejo. Perdieron, y sus colegas tampoco admitieron que se tratará este tema mañana en una sesión extraordinaria.
No obstante, ganó la moción de que las familias de las zonas bajas usufructúen también el sector de la playa, pero como vendedores ambulantes, según el reglamento de la comuna capitalina. Esto agradó a los pobladores.
Polución visual
El concejal Augusto Wagner planteó a la plenaria que se prohíba la instalación de carteles publicitarios, ya que la playa tendrá polución visual. Perdió su moción y se admitirán carteles de hasta 50 metros cuadrados. La ordenanza también determina que las actividades de índole social, recreativa y comercial pasarán a estar regidas por la nueva norma.