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Son seis varones los que inicialmente aseguraron que entre los años 2011 y 2013 fueron acosados por el entonces cura párroco de Paso Yobái, Gustavo Ovelar, y su vicario parroquial, Francisco Bareiro. Según el expediente, las víctimas, que en ese momento tenían entre 16 y 21 años, afirmaron que los sacerdotes les propusieron mantener relaciones sexuales y hasta los manosearon.
Retiros espirituales
Los casos se registraron principalmente en retiros espirituales y todos los adolescentes eran colaboradores de la Iglesia. En la declaración testifical uno de ellos indicó que luego de una misa se quedó a dormir en la casa parroquial. En medio de la noche se despertó porque el vicario se metió en la cama y le tocó los órganos genitales.
La denuncia fue presentada en marzo del 2014 ante el Ministerio Público de Villarrica por el supuesto delito de abuso sexual en personas bajo tutela. Cuatro jóvenes se ratificaron, pero otros dos terminaron negando el hecho. Ovelar y Bareiro brindaron declaración indagatoria y afirmaron que la denuncia es una maniobra para enemistarlos con la comunidad. Los afectados que se mantuvieron firmes en la denuncia cuentan que fueron abordados tanto por el párroco como por Francisco Bareiro en retiros espirituales y en actividades de catequesis.
Los jóvenes ayudaban en la misa y también solían quedarse en la casa parroquial. En un momento dado, los adolescentes se unieron y decidieron informar sobre las irregularidades a la justicia y a las autoridades de la Iglesia.
Inicialmente, el caso ingresó a la Fiscalía de Género de Villarrica, a cargo de Perla Cáceres, quien afirmó que no pudo encuadrar la denuncia como abuso porque todas la víctimas eran mayores de 14 años y el abuso se aplica cuando las víctimas tienen hasta 13 años. Entonces la causa pasó a la unidad del fiscal Carlos Alvarenga para una investigación por acoso sexual, pero en este caso se debe establecer una relación de autoridad y dependencia entre víctima y victimario, según explicó.
Hasta el momento, los sacerdotes no fueron imputados. Alvarenga informó que remitirá todos los antecedentes al gabinete del Ministerio Público para que especialistas en el tema analicen si corresponde en ese caso el delito de acoso sexual.
Por otro lado, el obispo de Villarrica, monseñor Ricardo Valenzuela Ríos, explicó que el año pasado ya fueron separados de la diócesis y puestos a disposición de la congregación religiosa a la que pertenecen, que en este caso es Oblatos de María Inmaculada (OMI). También intentamos contactar con el superior provincial de esta congregación, el sacerdote Francisco Carrillo, pero su celular con terminación 883 estaba apagado.