Los nativos llegaron a la capital para pedir garantías a la Fiscalía y al Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), de manera a poder cultivar sus tierras a gran escala, porque solo así podrán mejorar sus condiciones de vida.
Zunilda Taparí, de la organización Tekohajoaju de Caazapá, explicó que en la zona donde viven ya no hay prácticamente montes y hay tierras indígenas que se pueden aprovechar y cultivar a gran escala, sin embargo, los grupos apoyados por las religiosas impiden el trabajo mecanizado.
“Queremos trabajar, progresar, pero las hermanas generan división entre nosotros. Queremos salir de la miseria, pero nos impiden trabajar. Esta ONG de la Pastoral indígena quiere que vivamos como animales”, apuntó.
El presidente del Indi, Rubén Quesnel, explicó que estos nativos son totalmente contrarios a los que vienen a mendigar en Asunción, porque no quieren trabajar. “Ellos quieren progresar, necesitan acompañamiento, pero las ONG les impiden progresar”, indicó.
El funcionario anunció que el Indi les acompañará en su deseo de progresar para que sus comunidades lleguen al autoconsumo.
“Ahí donde están ellos ya no hay más bosques para vivir de la recolección y si no trabajan y cultivan sus tierras no podrán sobrevivir”, resaltó.
Pedro Barreto, de la comunidad Takuarusu, de la zona de la hacienda Golondrina, también manifestó su deseo de cultivar en la zona, pero su comunidad no tiene la tierra. Estaban ocupando una fracción perteneciente a la expresa, pero cuando fueron a manifestarse a favor de los nativos que quieren cultivar, el espacio fue alambrado por Golondrina y quedaron en la calle. Al respecto, Quesnel sostuvo que el Indi iniciará las gestiones judiciales para aclarar a quién pertenece el inmueble.
Para conocer la versión de las religiosas, llamamos a la congregación de Tava’i, y la hermana que nos atendió y que no quiso dar su nombre, nos dijo que esos nativos no pueden mecanizar sus tierras “porque la Constitución prohíbe”.
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Cuando le explicamos que el Capítulo V de la Carta Magna solo prohíbe el arrendamiento de las tierras comunitarias, dijo que ese es el ejemplo de que nadie puede disponer a su antojo una propiedad indígena, dando a entender que los mismos querían alquilar la propiedad.
Nos pidió hablar con el nativo Reginaldo Orbina, pero la mujer que nos atendió dijo que no se encontraba en la comunidad.
