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El interés de los periodistas por conseguir algunas palabras del presidente Cartes y de algunos ministros y el férreo cordón humano desplegado para cubrir la retirada de los funcionarios de gobierno generaron las fricciones. Varios integrantes de la prensa comenzaron a empujar la fila de seguridad, cuando el Jefe de Estado dejaba el escenario de la celebración religiosa con la esperanza de por lo menos hablar con algún ministro. Hubo cruce de palabras y de golpes. Un periodista radial salió rengueando y protestando por los golpes recibidos en una de las piernas. Por poco no pasó a mayores este incidente. Cada año se repiten escenas lamentables en que se ve a periodistas, que lo único que buscan es hacer su trabajo, trensándose con guardias de seguridad militares o policiales o con los denominados servidores de la Basílica.