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Miles de fieles, entre ellos el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, participaron ayer de la fiesta de la Virgen de Caacupé, en la Villa Serrana.
La ceremonia comenzó exactamente a las 6:00, y durante la homilía, la jerarquía dio a conocer su postura sobre la realidad eclesial y política que atraviesa el Paraguay.
El obispo Valenzuela recordó primero el dogma de la Inmaculada Concepción, luego se refirió al Trienio de la Juventud, pasó por una autocrítica de la jerarquía, condenando las graves falencias en cuanto a los abusos sexuales, especialmente a niños, por parte de curas y religiosos y pidió perdón por ellos.
“La vida de sacerdotes y religiosos no siempre corre por los campos del Evangelio (...) Nos apartamos por los errores, por los delitos y abusos de menores. Pedimos perdón, rogando que los delitos se denuncien ante la justicia. La Iglesia no es un lugar para delinquir”, expresó el obispo de Caacupé.
En otro momento, Valenzuela fustigó, esencialmente, a los políticos y al Poder Judicial. “Basta ya, basta de la desvergonzada corrupción e impunidad a la que se ha llegado. Miremos la casa de Astrea, la casa de la justicia; ya no podemos permanecer impasibles. La ley no es igual para todos. Es sabido que los políticos tienen sometidos a los jueces y fiscales mediante organismos controlados por ellos mismos”, dijo Valenzuela.
Justicia por mano propia
Seguidamente, el obispo agregó otro mensaje alarmante, que tiene vínculo con la frustración de la ciudadanía frente a la injusticia: “Estamos al borde de la justicia por mano propia”, lanzó. La homilía del obispo fue respondida en varias ocasiones con cerrados aplausos de los fieles, quienes de esa manera manifestaban su conformidad.
Valenzuela también dijo que el pueblo “está cansado” de autoridades que trafican con influencias, tienen salarios altos y se autoblindan, en alusión a quienes dilatan los procesos de reglamentación del artículo 201 de la Constitución, un proyecto de ley en el que varios diputados se protegen a sí mismos y que ahora se conoce como “autobandidaje”.
“El país está cansado, el pueblo está cansado de esta clase de autoridades. Cansado de la injusticia, cansado por la falta de oportunidad por un empleo digno, cansado por la inseguridad en las calles. Cansado de los egoístas, de los insaciables de dinero y poder, cansado de los que abusan del poder, cansado de los que oprimen y compran conciencias ajenas. Cansado de quienes roban al futuro de los jóvenes”, expresó.
Cuestionó igualmente la ideología de género y apuntó que la gente está “cansada de los que enseñan a niños y niñas a ir en contra de su propia naturaleza”.