Iglesia reglamentará uso de Facebook y los encuentros de curas con menores

La Iglesia Católica trabaja en un protocolo para evitar que sus miembros abusen de menores. El anuncio lo hizo el Mons. Milton Tróccoli, enviado de la Congregación del Clero de la Santa Sede a nuestro país. Los maestros por ejemplo no podrán tener a un menor como amigo en Facebook; mientras los curas ya no irán solos a los retiros, ni tendrán encuentros encerrados con menores.

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–¿Cuál es el motivo de su visita?

–Conocer la realidad de los seminarios de Paraguay. Es una visita que promueve la Congregación del Clero de la Santa Sede. Se están elaborando las normas comunes para las casas de formación a nivel mundial. Queremos todos los aportes para mejorar la redacción, direccionando su contenido a los tiempos actuales.

–¿Cómo encontró la situación en Paraguay?

El Seminario Mayor Nacional tiene un buen equipo de formadores. Aquí en el país hay vocaciones y futuro para la Iglesia.

–Pero aún así, en Paraguay y en el continente han caído las vocaciones. ¿A qué lo atribuye?

–Hay factores de secularización que influyen. Hay también una baja en la Iglesia en cuanto a número de fieles e influye en las vocaciones. También se ha crecido en los procesos de discernimiento para la selección de los candidatos. Entonces, la baja no necesariamente quiere decir que algo se hizo mal.

–¿Cómo influyen factores como la propaganda hedonista o la relativización de los valores?

–Toda situación social influye. Hasta las familias, algunas veces, ayudan menos. Hay más problemas para formar la personalidad y factores culturales que influyen. El documento de Aparecida lo atribuye a los cambios de época y de mentalidad. Se quiere dejar de lado la fe y eso implica que la Iglesia debe ser más misionera, estar en salida como quiere el papa Francisco. Hay que impregnar el evangelio en la vida familiar para que surjan las vocaciones.

–Últimamente la jerarquía se vio sacudida por escándalos como los abusos de menores, ¿cómo se debería enfrentar estas realidades en el seminario?

–La clave está en la selección de los candidatos, en cómo se está realizando el discernimiento en el seminario, en la formación intelectual, pastoral y la dimensión humana afectiva. Se debe ir creciendo en la afectividad, es decir formarse en una afectividad seria. Aquí es muy importante el aporte espiritual, la sicología y la sociología como instrumentos que ayuden a las personas a ir madurando en una opción de vida célibe, que en nuestro mundo contemporáneo y pansexualizado, la sexualidad aparece banalizada. También aparece la figura de la mujer banalizada, entonces se deben proyectar valores que ayuden a poner en su justo lugar la vivencia de la sexualidad, la amistad y la afectividad.

–¿En el seminario hablan crudamente del daño que se ocasiona con los abusos, y de las vidas paralelas de los clérigos?

–Por supuesto que se debe hablar. Se deben estudiar y reflexionar para encontrar la coherencia entre la fe y la vida que uno va haciendo como religioso y en la vida cotidiana. Hay que ser auténtico como pide el Papa: en la familia, en la vida política, social y laboral. Todos debemos afianzar nuestra sociedad para ser auténticos y honestos.

–En nuestro país aparecieron casos de sacerdotes abusadores; al respecto ¿trajo alguna orientación de la Santa Sede?

–La orientaciones son las mismas y que vienen de la época del papa Benedicto XVI. Él ha pedido a todas las conferencias episcopales y a todas las congregaciones religiosas que tengan un protocolo de actuación en los casos de abusos para evitar lo que sucedió en algún momento, como el traslado de sacerdotes en problemas. El protocolo ya evita esos procedimientos y ayuda a que se actúe en el momento. Se está elaborando también otro documento que sería el protocolo de prevención de abusos.

–¿En qué consistirá?

–Se promoverán los ambientes seguros para evitar situaciones que lleven a una posibilidad de abuso. Estas directivas no son solo para los sacerdotes sino también para el personal de las instituciones de la Iglesia. Los agentes de pastoral deben tenerlos en cuenta, así como los catequistas, docentes, animadores. Por ejemplo, si se trata de un colegio católico, el docente ya no podrá tener como amigo en Facebook a una alumna menor; si quiere comunicarse con ella o con él debe hacerla a través de la plataforma virtual del colegio. A los campamentos ya no podrá ir solo un sacerdote, sino que deberán acompañar algunos padres de los chicos y otros educadores. En los lugares de reunión, un sacerdote, catequista o agente de pastoral ya no podrá recibir encerrado a la alumna o alumno. Se debe ver qué pasa hacia adentro. Se busca que el ambiente colabore para que no se propicien los abusos.

–¿Estas son las nueva orientaciones?

–Se está pidiendo a las Conferencias Episcopales que se adosen al protocolo contra abusos. La idea es dar pasos hacia adelante generando ambientes seguros. La Iglesia quiere que estos casos no se repitan. En consecuencia: Se debe potenciar la formación sacerdotal o vida consagrada y el generar ambientes que no favorezcan situaciones anormales.

–La gente se escandaliza cuando un cura abusa del semejante y se tapa la situación, sin embargo valora mucho cuando la propia jerarquía denuncia.

–El protocolo establece fases. Está la etapa informativa en la que se debe realizar la investigación para ver si la denuncia es verosímil, porque puede haber también solo calumnias. Luego se pasa a la etapa en que el caso se eleva a la Santa Sede y allí la Congregación para la Doctrina de la Fe autoriza si prosigue la denuncia o pide al obispo a que juzgue el caso. Por otro lado, todos los protocolos indican que hay que colaborar con la justicia. Si los casos ocurrieron en tiempo presente se debe dar cuenta a la justicia.

–Hace dos años vino como visitador con el cardenal Santos Abril para intervenir la diócesis de Ciudad del Este, ¿encontraron irregularidades?

–Visité los dos seminarios de la diócesis y el cardenal se entrevistó con los fieles. La Santa Sede tomó en cuenta mi informe y se está concentrando la formación aquí en el Seminario Mayor Nacional, para que haya calidad y cuidado en todas las etapas de formación de los futuros consagrados. En esa diócesis había muchas vocaciones, pero a nivel del equipo de formadores no se tenía gente preparada para llegar al nivel de formación que se requiere en un seminario. Aquí tenemos una Facultad de Teología e imparte una enseñanza de calidad.

–Una visita como la realizada a Ciudad del Este ¿es un castigo o una intervención?

–El primer paso da la Iglesia local y la Santa Sede es la última instancia, pero lo que siempre se busca es el bien de los fieles, que es la principal preocupación. Cuando se trata de una visita, la Iglesia siempre tiene en cuenta a los fieles porque quiere que reciban el auténtico evangelio.

–Como consagrado y visitador de seminarios, ¿qué pide a los jóvenes o cómo los atraería a la vida consagrada?

–Lo que atrae a la vida consagrada es el testimonio de los sacerdotes y de los religiosos. Hay que consagrarse con alegría, entusiasmo y dedicación. Los jóvenes buscan testimonios fuertes. Cuando ven mediocridad en la vida consagrada optan por otros caminos. Por otro lado, también quieren ver testimonios de esperanzas para la sociedad, que levanten la moral de la Iglesia y del pueblo. El papa Francisco dice que el todo está por encima de las partes o sea se debe buscar el bien de todos, el bien mayor que es el pueblo de Dios.

–¿Cree que algún día se levantaría el celibato?

–No tengo la bola de cristal para predecir el futuro. El celibato es un valor importante en la Iglesia y hoy día es un signo profético en un mundo donde no se cree en nada. Con esa consagración se debe demostrar que se puede entregar toda la vida por amor a Cristo y a los hermanos. El seguimiento de Cristo célibe es un signo profético que se debe ir cuidando y defendiendo.

–Sin embargo, finalmente, algunos creen que todos los males del sacerdocio se deben a la imposición del celibato.

El abuso de menores es un fenómeno social y no solo afecta a los sacerdotes. También ocurre en las familias, en las instituciones educativas y allí no son célibes los que abusan. A veces son los mismos padres, tíos, amigos. Es decir unir celibato con abuso no corresponde.

avelazquez@abc.com.py

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