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García anunció que de inmediato la Comisión Nacional de Prevención y Respuestas a Emergencias Biológicas (Conapreb), organismo del Ministerio de Defensa integrado pos instituciones públicas y privadas, se ocupará de la cuestión. Dijo que se instalará una mesa de trabajo a la que serán invitados especialistas en materia nuclear como el Dr. Rubén Sosky, experto en aplicación de la energía atómica en medicina, y el Dr. Raúl Montenegro, científico y biólogo argentino, uno de los que advirtieron sobre el proyecto argentino años atrás.
La ministra de Defensa argumentó que una planta nuclear “concibe en sí misma la posibilidad de desastres naturales y antrópicos” y recordó los casos de Fukushima, Japón, ocurrido en el 2010, y de Chernobyl, la planta atómica de la desaparecida Unión Soviética, que tuvo un accidente en los años ochenta.
Agregó que esos países no pudieron evitar los desastres por más avanzados que están en materia tecnológica y de protección, con lo que aludió a la idea de que una planta atómica en países sudamericanos sería aún más riesgoso.
“Por todas estas razones, la posición es de un rechazo absoluto y categórico a la instalación de plantas nucleares, y mucho más si se trata de proyectos que se quieran implementar en la frontera con el Paraguay”, insistió la ministra.
Indicó que el Gobierno paraguayo no tiene aún una notificación o información oficial sobre el proyecto argentino, pero que ya lo está rechazando con base en publicaciones periodísticas y alertas de expertos.
El proyecto de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de la Argentina ya en noviembre del 2011 generó una movilización de protesta de organizaciones sociales y ambientalistas, que se realizó en Ñeembucú, que sería la zona más cercana a la futura planta atómica.
El proyecto CAREM-25
El reactor nuclear CAREM-25, que el Gobierno argentino quiere instalar en Formosa es un prototipo, primero en su serie, diseñado y construido en el país vecino, que busca así posicionarse internacionalmente en la industria nuclear y en reactores de investigación. El prototipo CAREM pretende ser un reactor de baja potencia (25 MW de potencia eléctrica, para 100.000 personas), a diferencia de otras centrales que generan potencias superiores a 600 megavatios. El CAREM-25 estará diseñado para que, con ciertas modificaciones en la ingeniería del reactor, pueda ser llevado en una etapa posterior a hasta más de 300 MW. Todos estos datos se manejan con hermetismo, sin consulta popular en Formosa.