Estudiantes ocupan el MEC para exigir mayor inversión en educación

Por unas horas, un grupo de jóvenes de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes) ocuparon ayer a la tarde la sede del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y exigieron hablar con la ministra Marta Lafuente, lo que no se concretó. Luego de varios roces con agentes policiales, los estudiantes decidieron retirarse del sitio y anunciaron más movilizaciones y paros.

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Por unas tres horas un grupo de veinte estudiantes de la Fenaes, liderado por Ariel Vera y Fabrizio Núñez, sitió la sede del MEC, en 15 de Agosto y Haedo, donde se encuentra el despacho ministerial.

“Durante un año hemos estado luchando por nuestras justas reivindicaciones... simplemente (Lafuente) no nos escucha”, detalla un comunicado leído por los estudiantes. Entre sus reivindicaciones incluyeron una inversión del 7% del PIB en educación, educación gratuita y almuerzo escolar para todos los niveles.

Con un ambiente tenso, y rodeados de agentes policiales, los estudiantes reiteraron a gritos su pedido de “Que renuncie la ministra”. Aseguraron que tomaban el local de manera pacífica, pero en varias ocasiones amenazaron con recurrir a la violencia si Lafuente no bajaba a recibirlos.

Luego, los manifestantes se juntaron en filas, y atropellaron a un grupo de policías que bloqueaba el paso hacia las oficinas del edificio, asegurando que necesitaban utilizar el sanitario. Hubo un breve forcejeo, y no lograron sobrepasar la barrera policial.

Luego de unas tres horas, Lafuente invitó a siete estudiantes a subir a su despacho, propuesta que fue rechazada. Los jóvenes exigían que la secretaria de Estado bajara a hablar con todos.

“La formación cívica y ciudadana es una materia central dentro de la política educativa. Una de las materializaciones de esa política es que los estudiantes tengan la experiencia de organizarse y gestionar su agenda”, dijo la ministra, consultada por la imprevista toma pacífica de su ministerio.

“Ellos pueden manifestarse las veces que quieran, pero yo no voy a renunciar”, precisó, al referirse a los estribillos que vociferaron los gremialistas secundarios.

“Pueden tener diferencias conmigo, pero también es mi responsabilidad saber llevar las diferencias”, agregó al resaltar que “estamos en una democracia” y que los volvería a recibir cuando sea necesario.

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