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Con la nueva ley se tendrá un presupuesto estimado en G. 200.000 millones para la atención de pacientes con cáncer, además de llevar adelante programas de prevención y detección precoz de la dolencias oncológicas.
Algo que resalta la normativa, en su artículo 25, es que “cuando se requiera y no exista disponibilidad de servicios o bienes en el sector público para la atención integral a las personas con cáncer, el Ministerio de Salud podrá hacer gestiones pertinentes para satisfacer la necesidad referida a través del sector privado”.
Establece además que el Ministerio de Educación incorpore como parte de su programa educativo el contenido referente a prevención y detección precoz del cáncer, de conformidad al asesoramiento técnico del Instituto Nacional del Cáncer (Incan).
Un punto de eventual conflicto es la creación de una Comisión Nacional Asesora para la Atención Integral del Cáncer, establecida por la ley. La misma estará presidida por el ministro de Salud, Dr. Julio Mazzoleni, y serán miembros 7 funcionarios de distintas dependencias de la cartera sanitaria (designados por Mazzoleni), además de tres representantes del IPS, tres representantes de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, un investigador científico y tecnológico de la UNA, un representante de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNA, un referente de la autoridad reguladora radiológica y nuclear, dos directivos del Círculo de Médicos, dos representantes de empresas de medicina privada, un representante de la industria farmacéutica nacional y un representante de importadores de productos farmacéuticos.
Extraoficialmente los gremios de pacientes oncológicos ya manifestaron su enojo por no estar incluidos en la comisión, además de representantes de universidades privadas. Esta comisión nacional será una entidad consultiva, técnica y científica y tendrá a su cargo el asesoramiento para la elaboración del Listado Nacional de Medicamentos Antineoplásicos.
En la instancia mencionada se decidirán tipos de medicamentos e insumos a utilizarse en los tratamientos, por lo que no se descarta una guerra comercial entre representantes de fármacos originales y biosimilares.