Estaciones de servicio operan como bares y la Municipalidad no fiscaliza

Las estaciones de servicio se convirtieron en el lugar de encuentro de amigos para tomar cerveza y escuchar música. Pese a la existencia de normas que prohíben estas prácticas, ni los funcionarios de la Municipalidad de Asunción ni de la Policía controlan su cumplimiento por lo que hoy reina la anarquía.

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Los vecinos de las estaciones de servicio de la capital y de todas las ciudades del Departamento Central, e inclusive del país, vienen soportando desde hace algunos años los desmanes en estos lugares debido a que las personas utilizan sus amplios espacios como bares o discotecas.

Las bodegas también se sumaron a esta práctica últimamente, según las denuncias que a diario se presentan ante la Municipalidad de Asunción.

Si bien existe una ordenanza de 2003 (N° 114), de la administración de Enrique Riera, “de prevención de la violencia y convivencia ciudadana” esta es letra muerta porque ni un funcionario de la comuna se encarga de controlar su cumplimiento.

La norma dice textualmente “queda prohibida la comercialización, venta, suministro y/o consumo gratuito de bebidas alcohólicas en las estaciones servicio y gasolineras” (Art. 12).

En la comuna nos dijeron que la Policía Municipal (no la de Tránsito) es la responsable de hacer cumplir esta ordenanza. Sin embargo, su director, Roque Troche, explicó a nuestro diario que es la dirección de recaudaciones la responsable de fiscalizar. “Nosotros solo nos encargamos de los vendedores ambulantes en la vía pública”, expresó Troche. Nos derivó a la dirección de Desarrollo Urbano, y allí a Obras Particulares, donde solamente se analizan los planos y luego la fiscalización del sistema de prevención de incendios, según el Ing. Carlos Halke, quien nos derivó a la Dirección Sanitaria de la comuna.

Lo concreto es que ni los funcionarios municipales saben qué oficina fiscalizan.

Ni la Policía actúa Además de la Ordenanza 114/2003, más conocida como edicto Riera, existe la Ley 1100/97, que penaliza la polución sonora, pero también es letra muerta. Los agentes de la Policía Nacional que deben encargarse de velar por su cumplimiento tampoco lo hacen.

Con la anarquía existente los únicos que sufren las consecuencias son los contribuyentes vecinos de estos locales, que deben soportar que sus veredas huelan a baño público y no puedan dormir a causa de los potentes parlantes colocados especialmente en las bauleras de los coches y camionetas para las discotecas callejeras.

La Junta acumula denuncias

La Junta Municipal viene recibiendo una gran cantidad de quejas de los contribuyentes en contra de las estaciones de servicio y de las bodegas por el desorden y los ruidos molestos que generan en horarios nocturnos y las madrugadas.

El concejal del Partido Democrático Progresista (PDP) Carlos Arregui prepara una minuta relacionada a estas denuncias ciudadanas.

Más de 8.000 funcionarios tiene la comuna, pero brillan por su ausencia para aplicar las ordenanzas.

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