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Cabrera, quien posee varios rubros en la FIUNA (incluso de cátedras cuyos horarios se superponen a su horario de trabajo en el INTN) ubicó a sus tres hermanos y a su esposa en la misma facultad, percibe del erario casi G. 700 millones al año.
Como parte de esa estructura se creó la Dirección de Tecnología de la Información y Comunicación (DTIC) y así Cabrera contrata “por producto” a sus compañeros de trabajo con altos cargos dentro de la FIUNA y con privilegios de dudosa legalidad.
En esa estructura se encuentran el Ing. Ignacio Velázquez Guachiré, miembro titular del Consejo de la FIUNA, el Ing. Néstor Salvador Barreto, designado por la exdecana María Pino como secretario general de la FIUNA y el Ing. Amado Ariel Feliú, representante suplente ante la Asamblea Universitaria. Una vez creada la DTIC, Cabrera designó estratégicamente a Velázquez Guachiré (comisionado al INTN con Cabrera) como director del área y entre sus responsabilidades estaba el control de los “informes mensuales” presentados por sus propios compañeros de la FIUNA, quienes no cumplen horario ni asisten al INTN. Con esto se intenta disfrazar y legalizar a los planilleros de la FIUNA que perciben jugosos salarios en el INTN. En junio de 2014, Velázquez Guachiré retorna a la FIUNA y asume en su remplazo Ariel Feliú.
De esta forma, estos funcionarios ganan al mes: Éver Cabrera G. 30.000.000 en INTN y G. 10.400.000 en FIUNA (planilla de julio 2015); Amado Ariel Feliú G. 9.400.000 en INTN y G. 3.700.000 en FIUNA; Juan Carlos Ahrens G. 7.200.000 en INTN, G. 2.400.000 en FIUNA y G. 3.500.000 en la Facultad Politécnica; Néstor Salvador Barreto G. 6.000.000 en INTN y G. 14.900.000 en FIUNA, además de Horacio Isaías Enciso G. 6.000.000 en el INTN y otros G. 6.100.000 en la FIUNA.