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“Terce” es una evaluación de los logros de aprendizaje y factores asociados que se aplican a 15 países de Latinoamérica y el Caribe desde el año 1994.
Este laboratorio de evaluación de la calidad de la educación también se realizó en 1997 (Perce), en 2006 (Serce) y el último en 2013 (Terce) en las áreas de Ciencias Naturales, Matemáticas y Lenguaje.
La primera entrega de los resultados comparativos entre Serce y Terce se dio a conocer ayer para visualizar el progreso de la educación en nuestro país con relación al resto de Latinoamérica.
Entre los principales hallazgos de la evaluación aplicada en 206 escuelas a más de 7.800 alumnos del tercer y sexto grado se destaca que la materia de Ciencias Naturales es la mayor debilidad de los niños paraguayos, solo el 8% de los estudiantes se ubican en el nivel 3 o 4, esto significa que el 92% de los estudiantes no aprenden.
Por otra parte, la lectura en el 6° congrega el mayor porcentaje de estudiantes en los niveles más altos, casi 4 veces mayor que en ciencias.
En ese sentido, la lectura es la única materia, en ambos grados, en la cual se logró un leve mejoramiento respecto a la evaluación del 2006; sin embargo, Paraguay se mantiene por debajo del nivel regional en el rendimiento, mientras que en matemáticas ha empeorado el rendimiento de los niños del 6°.
La ministra de Educación Marta Lafuente requirió que se tome muy en cuenta este informe. “El crecimiento económico de Paraguay no será sustentable si no cambiamos estos resultados”, advirtió.
La evaluación señala que en Latinoamérica las escuelas tienen mayor margen de incidir para que los niños aprendan. “Casi el 50% del factor que explica el rendimiento académico está en las escuelas, en las aulas. Lo que sí es preocupante, habiendo aumentado la escuela su posibilidad de incidir sobre el rendimiento, es cuando este baja. Esta es una información que tenemos que explorar en profundidad dentro de la escuela, cuántos días de clases tenemos, qué hacemos en el tiempo que estamos en la escuela, si los niños están concentrados o dispersos. Tenemos que saber qué esta pasando con la organización de la vida escolar y familiar”, dijo.
La ministra agregó, pese al informe negativo, que el hecho de que el peso del cambio se concentre en las escuelas es una muy buena noticia. “Esto quiere decir que el cambio está más cerca de nuestras posibilidades, cambiando prácticas, cambiando aquellos factores que están estancando, inhibiendo o perjudicando a los niños, podemos lograr mejores resultados. Estos datos deben abrir el debate a nivel país”, subrayó.