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El sacerdote falleció en la noche del martes, luego de haber ingresado al IPS para una cirugía programada. Franco fue un dinámico evangelizador, muy querido por la gente humilde de su parroquia, la Crucecita, y especialmente por los pobladores de los bañados, a quienes permanentemente visitaba. Fue también un deportista, a tal punto que a sus 57 años, aún jugaba el fútbol con sus amigos.
Según el padre dominico Pedro Velazco, ayer presentaron la denuncia ante la Fiscalía Nº 7, porque todas las explicaciones y los ocultamientos de datos dan a “entender que hubo negligencia en la atención del sacerdote”.
Nuestro entrevistado indicó que el padre Franco entró para una cirugía sin corte, que debió durar 40 minutos. Sin embargo, tardaron tres horas y ni siquiera comunicaron que iba a ingresar a terapia intensiva.
En la denuncia que presentaron ante la Fiscalía, los sacerdotes piden la exhumación del cadáver y la realización de una autopsia para determinar de qué realmente murió el religioso.
“Hay una gran duda y si hay responsables de la que sería una negligencia, deben pasar a la justicia”, remarcó. Agregó que habiendo tantas dudas, ahora parece que el IPS quiere apañar algo, escondiendo las informaciones.
“A nosotros nos entregaron el cadáver del padre Franco, o mejor un policía nos lo entregó, sin las causas de su fallecimiento”, puntualizó.
Algunos médicos de la institución habían afirmado que toda cirugía tiene su riesgo y al respecto el padre Velazco reconoció que puede haber riesgos, pero aclaró que los riesgos deben ser controlados, estudiados para que no signifiquen obstáculos para una cirugía.
Indicó que en estos últimos días han querido conocer las verdaderas causas de la muerte del sacerdote y han encontrado muchos obstáculos y excusas como “el médico no está”, que el otro profesional viajó y suman las dudas, “por eso hemos decidido recurrir a la justicia para que se aclare el tema”.
Conforme a lo relatado en su momento por la directora médica del hospital, Dra. Miriam Cano, Franco se sometió a todos los controles de rutina y tenían conocimiento de que el religioso era hipertenso. La profesional relató que la cirugía se realizó el lunes, con anestesia raquídea (no general). Cuando finalizaba, se produjo un brusco descenso de la presión arterial, disminución de frecuencia cardíaca y respiratoria, y un paro cardiorrespiratorio.
Los profesionales sometieron al paciente a una reanimación e intubación inmediata. Una vez estabilizado lo derivaron a cuidados intensivos, donde precisó de medicamentos y falleció a las 23:40 del martes.