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La decisión se conoció ayer durante una reunión de prensa que tuvo lugar en la Conferencia Episcopal Paraguaya. En esa oportunidad, monseñor Ariotti indicó que Ovelar y Bareiro recibieron la carta de la Santa Sede en la que se les pide solicitar la reducción laical. “Ellos presentan el pedido o, de lo contrario, el Papa les impondrá el proceso penal canónico”, precisó, y agregó que muchos quieren que se actué “de la noche a la mañana, pero está el derecho a la defensa, que también establece la ley canónica”.
Ariotti sostuvo que cuando el caso de estos sacerdotes apareció en los diarios, ya estaba encaminado. “A mí me pide un periodista la lista de los pedófilos. El nuncio no tiene una lista; ni los obispos. Si hay un caso, se alerta a la Conferencia Episcopal, y esta comunica a la Santa Sede. Cuando son religiosos, actúan los superiores; en este caso, el provincial de los Oblatos ya había actuado”, resaltó.
Cuando se le mencionó que en principio parecía que había protección de los denunciados, el nuncio respondió que el obispo de Villarrica, Ricardo Valenzuela, fue alertado y actuó, así como el provincial; ahora ya se les pide que sean laicos. Agregó que los denunciados ya están a cargo de la justicia ordinaria y que la Iglesia no se opone a eso.
También se refirió a la situación que se planteó con el presbítero Carlos Richard Ibáñez, quien fue suspendido a divinis por el obispo de Villa María, Córdoba (Argentina), por abuso de menores, pero celebró sacramentos en la Arquidiócesis. Al respecto, consideró que la comunidad católica alertó del caso, así como los periódicos. “La Iglesia está trabajando desde hace un año para aclarar este hecho”, dijo. Calificó de “penosa” para la vida social y la Iglesia. Reiteró que las autoridades eclesiales y él mismo fueron comunicados del caso antes de la Navidad, pero aclaró que en el Paraguay no se presentó denuncia en su contra. Ibáñez había acercado copias de documentos, y el protocolo prevé una investigación si el caso es grave.
El obispo de Villa María, donde está incardinado, fue notificado del caso, pero el denunciado presentó documentos que afirmaban que tenía autorización para operar aquí. Alabó la tarea de los periodistas que dieron a conocer la información, porque muchas veces no se conoce a toda la persona. Invitó a todos a colaborar a encontrar los problemas y mejorar las situaciones.
Asimismo, se refirió a la reacción de las autoridades eclesiásticas locales, de quienes dijo actuaron cuando se enteraron de que Ibáñez tenía problemas. Él fue llamado, y se le comunicó la resolución que se tomó y que no podía ejercer el ministerio. “La voluntad de la Iglesia y de la jerarquía es la lucha contra esta llaga de la sociedad y de la Iglesia, para que el pueblo fiel sea protegido”, remarcó. Agregó que por estos hechos esporádicos no se puede generalizar ni decir que todos los sacerdotes son así. “Yo no puedo decir que el pueblo paraguayo no es bueno; al contrario, es maravilloso, a pesar de sus problemas”, remarcó.
Acerca de si ya encontraron al responsable que autorizó a Ibáñez a trabajar aquí, porque estuvo celebrando misa en el departamento Central, el nuncio dijo que el arzobispo, como presidente de la Conferencia Episcopal, está al tanto del caso. Agregó que un sacerdote llega a un país enviado por su obispo y otros se escapan, pero el que es enviado debe traer un dossier, y el obispo que lo recibe debe exigir, y no se actuó en su momento. “Estamos queriendo saber quién presentó a este personaje (Ibáñez), quien lo recibió... Hace un mes supimos dónde vivía; ni siquiera eso se sabía. La gente que me alertó de su presencia no sabía dónde estaba”, resaltó. (El actual arzobispo Edmundo Valenzuela había dicho que se presentó con documentos falsos).
Preguntado si Ibáñez sería reducido al estado laical, Ariotti dijo que él no pertenece a esta diócesis, sino a la de Villa María de Argentina, y que allá actuarán. Ayer Valenzuela dijo que la Iglesia tiene hoy un protocolo para casos de abuso y hay tolerancia cero. Aclaró que el caso Ibáñez será comunicado a su diócesis. Lo que ocurrió aquí fue “porque no conocíamos su suspensión. Conocimos al padre, pero no lo que escondía, pero gracias a los documentos se supo. Pedimos disculpas, porque a veces somos inocentes y debemos estar más atentos”, agregó.
Incidente
Al término de la conferencia de prensa, el nuncio Ariotti reclamó responsabilidad al periodista de La Nación Joel Corvalán, a quien dijo que su trabajo (Iglesia oscura) estaba bien. Pero cuando el comunicador le pidió la lista de los pedófilos, le aclaró que no había lista, y ante su insistencia volvió a pedirle responsabilidad. Ya cuando se retiraba del salón, Corvalán dijo: “No se puede hablar con usted. Deja mucho que desear su cargo como diplomático y embajador del Papa”.