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El abogado penalista Juan Martens recalcó que la impunidad de los crímenes de odio cometidos contra personas travestis es la constante en Paraguay, y así lo revela en un estudio realizado por el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales del Paraguay (Inecip-Paraguay).
"Los abusos que quedan impunes no solo son las detenciones ilegales, las lesiones corporales, sino que hasta torturas y homicidios" manifestó el abogado penalista y en DD.HH. Juan Martens Molas, quien realizó el análisis acerca de estos crímenes que considera de "odio" cometidos contra personas travestis.
El estudio revela que los crímenes de odio contra personas travestis ocurren diariamente en Paraguay. Sin motivo alguno, existen quienes por el solo hecho de cruzarse o encontrarse con un travesti le agreden verbal y físicamente. "Pasan y nos molestan como por deporte", explicaba una de las entrevistadas.
"Es aún más preocupante que estos crímenes no solo sean perpetrados por particulares sino por efectivos de la fuerza pública, principalmente policías, ya sea en ejercicio de sus funciones o en sus días libres. La otra situación documentada es que una vez cometidos estos delitos la fiscalía no los investiga, sino que se limita a registrarlos. Esta mala práctica conlleva a un alto índice de impunidad" indicó Martens.
No investigan los casos
Juan Martens manifestó que en los últimos tres años no se han esclarecido las circunstancias en que fueron asesinados los ocho travestis ejecutados extrajudicialmente. Entre ellos, un menor de 17 años (Lupita), que según los testigos murió en manos de efectivos de la Policía Nacional.
"El abuso que se comete prácticamente todas las noches contra travestis es la detención ilegal por parte de miembros de la Policía Nacional. La detención se convierte en ilegal cuando no existen motivos suficientes para privar de su libertad a una persona. El hostigamiento y la persecución son constantes", denunció el abogado.
No hay iniciativa gubernamental para impedir este tipo de abusos
El estudio también revela, según informó Juan Martens, que hasta la fecha no ha habido ninguna iniciativa gubernamental para impedir que este tipo de abusos siga ocurriendo.
Señaló que muchos travestis han tenido que cambiar sus esquinas (lugares de trabajo) debido al constante acoso policial; otros deben coimear (pagar) tanto a policías del sistema 911 o a la Policía Urbana Especializada para que puedan permanecer en sus respectivos lugares.
Caso contrario, no solo son aprehendidos sin justificación alguna, sino que los policías aprovechan la presencia de un cliente para aprehender a este y al travesti.
En estos casos, los clientes deben entregar todo el dinero con que cuentan para que puedan ser liberados, caso contrario corren el riesgo de ser derivados a la fiscalía de turno, bajo la comisión de cualquier tipo de hecho punible. Por lo general, imputan el hecho punible de resistencia a los que se niegan a pagar para ser liberados, y son expuestos ante los canales de televisión.
"Se ha detectado que algunos travestis creen que su condición es violatoria de normas legales y constitucionales", explicó.
Añadió que "incluso identifican el ser travesti como un delito, castigado con penas de prisión, y que los policías al no aprehenderlos les están haciendo un favor, que merece recompensa".
"Los abusos que quedan impunes no solo son las detenciones ilegales, las lesiones corporales, sino que hasta torturas y homicidios" manifestó el abogado penalista y en DD.HH. Juan Martens Molas, quien realizó el análisis acerca de estos crímenes que considera de "odio" cometidos contra personas travestis.
El estudio revela que los crímenes de odio contra personas travestis ocurren diariamente en Paraguay. Sin motivo alguno, existen quienes por el solo hecho de cruzarse o encontrarse con un travesti le agreden verbal y físicamente. "Pasan y nos molestan como por deporte", explicaba una de las entrevistadas.
"Es aún más preocupante que estos crímenes no solo sean perpetrados por particulares sino por efectivos de la fuerza pública, principalmente policías, ya sea en ejercicio de sus funciones o en sus días libres. La otra situación documentada es que una vez cometidos estos delitos la fiscalía no los investiga, sino que se limita a registrarlos. Esta mala práctica conlleva a un alto índice de impunidad" indicó Martens.
No investigan los casos
Juan Martens manifestó que en los últimos tres años no se han esclarecido las circunstancias en que fueron asesinados los ocho travestis ejecutados extrajudicialmente. Entre ellos, un menor de 17 años (Lupita), que según los testigos murió en manos de efectivos de la Policía Nacional.
"El abuso que se comete prácticamente todas las noches contra travestis es la detención ilegal por parte de miembros de la Policía Nacional. La detención se convierte en ilegal cuando no existen motivos suficientes para privar de su libertad a una persona. El hostigamiento y la persecución son constantes", denunció el abogado.
No hay iniciativa gubernamental para impedir este tipo de abusos
El estudio también revela, según informó Juan Martens, que hasta la fecha no ha habido ninguna iniciativa gubernamental para impedir que este tipo de abusos siga ocurriendo.
Señaló que muchos travestis han tenido que cambiar sus esquinas (lugares de trabajo) debido al constante acoso policial; otros deben coimear (pagar) tanto a policías del sistema 911 o a la Policía Urbana Especializada para que puedan permanecer en sus respectivos lugares.
Caso contrario, no solo son aprehendidos sin justificación alguna, sino que los policías aprovechan la presencia de un cliente para aprehender a este y al travesti.
En estos casos, los clientes deben entregar todo el dinero con que cuentan para que puedan ser liberados, caso contrario corren el riesgo de ser derivados a la fiscalía de turno, bajo la comisión de cualquier tipo de hecho punible. Por lo general, imputan el hecho punible de resistencia a los que se niegan a pagar para ser liberados, y son expuestos ante los canales de televisión.
"Se ha detectado que algunos travestis creen que su condición es violatoria de normas legales y constitucionales", explicó.
Añadió que "incluso identifican el ser travesti como un delito, castigado con penas de prisión, y que los policías al no aprehenderlos les están haciendo un favor, que merece recompensa".