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La decisión de intervenir a Jennifer para colocarle un corazón artificial se dio porque la niña ha esperado más de seis meses por un donante sin éxito, y en las últimas semanas su organismo se deterioró considerablemente, según manifestó el médico a ABC Color.
Es por eso que se planteó la idea a los padres y estos autorizaron el implante del corazón artificial en la niña. “Creemos que ella va a ir empeorando si no aparece un donante y esto puede ser fatal”, afirmó el doctor.
Este aclaró que los familiares fueron informados detalladamente acerca de los riesgos que implica un implante de corazón artificial, y se les pidió que fueran a su hogar a conversar, para tomar la decisión. El martes pasado los padres comunicaron que aceptan el riesgo de que su hija reciba el corazón artificial de larga duración.
El doctor no ocultó el hecho de que la intervención es de alto riesgo y tiene numerosas probables complicaciones. Es por esto, dijo, que esperaron lo máximo posible un donante antes de recurrir a esta alternativa.
Si bien no se da rechazo del organismo al aparato, sí se dan peligros inherentes a una cirugía grande, como sangrado, formación de coágulos, “pues es un cuerpo extraño el que estará dentro del organismo de la niña”, señaló el médico.
No es la primera vez que se realiza este procedimiento a un niño. En 2013 le hicieron un implante a Jesús Leiva, de 9 años, quien tuvo el corazón artificial durante tres semanas, hasta que apareció el donante y fue trasplantado, logrando así vivir casi tres años más.